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Día del Idioma: lectura y uso del lenguaje en Colombia

Escritores debatieron cómo es escribir en pandemia, por qué los colombianos leemos poco y qué uso le estamos dando al lenguaje.

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En Hora20 nos dedicamos a celebrar el Día del Libro y del Idioma, una oportunidad para analizar cómo estamos utilizando el lenguaje, los desusos que le estamos dando; las nuevas tecnologías, el lenguaje inclusivo y los jóvenes. También una mirada a por qué leemos tan poco, cómo impulsar la lectura y cuáles son las tendencias. Por último, una mirada a la manera como la pandemia ha incidido en la creatividad literaria y cómo ha tocado a la industria editorial.

El día del idioma, una jornada para los libros, los lectores y los hábitos que tenemos los colombianos a la hora de empezar una aventura a través de un libro en este día que se celebra el día del idioma y en el que por ejemplo Google a través del doodle le hace homenaje a la Ñ o virgulilla, pues consideran que esta letra de la Edad Media y única en nuestro vocablo, hace parte de la herencia hispana; doodle que fue realizado por el artista Min.

Volviendo a los libros, la pandemia significó un aumento de 300 por ciento en la venta de libros a través de los canales digitales, no obstante, esta cifra no se tradujo en un aumento de las ventas ni en más lectores. Pues la Cámara Colombiana del Libro estima que las ventas tuvieron una caída del 20 al 25 por ciento y que el aumento en ventas digitales generó los lectores habituales se consolidaran una vez más.

Frente a los lectores, tanto la Cámara del Libro, como una encuesta de 2017 realizada por el DANE, indican que los colombianos en promedio leemos 2,7 libros al año, cifra que sube al 5,5 en población lectora, datos que contrastan con los de países como México que llegó al 3,7; Argentina y Chile con cuatro y Perú acercándose al libro por persona. No obstante, esas cifras evidencian una caída frente a años anteriores, por lo tanto, dejar de leer no es solo un asunto de los colombianos.

La más reciente encuesta, la de Consumo Cultural del DANE publicada en diciembre del 2020, indicaba que el 50,2 por cuento leyó un libro; un crecimiento de casi tres puntos frente al 2016. En cuanto al promedio de libros, en población de más de 12 años llegó a 3,9 por año… una reducción de 0,4 puntos, pues el promedio de 2016 era de 4,3 libros por persona.

Lo que dicen los panelistas

Piedad Bonett, poeta, escritora, columnista autora de obras como Donde nadie me espere y Lo que no tiene nombre, planteó que los que siempre han leído son los que están comprando libros por estos nuevos canales, “pero no se puede separar cifras de ventas con lo que pasa con una pandemia, el empobrecimiento de la población es notorio; no hay entonces la manera de comprar libros en el grueso de la población”, afirmó. Por otro lado, comentó que no se puede perder de vista que las pantallas le han quitado espacio a la lectura.

Celebró que los clubes de lectura han proliferado en pandemia y eso ha resultado extraordinario. “Es un montón de gente joven entre 20 y 40 años que leen toda clase de cosas y han estado muy activos porque es otra forma de socializar”, señaló.

Para Melba Escobar, escritora, columnista autora de obras como La casa de la belleza, Cuando éramos felices y no lo sabíamos y La mujer que hablaba sola, en el tiempo de pandemia ha quedado evidente que sin la cultura no se le da sentido a la vida; que las palabras son una búsqueda de respuesta y de sentido, pues advirtió ante el aumento en venta de libros de superación personal, que es una forma de encontrar respuestas, pues así como unos buscan respuesta a través de la poesía y el ensayo, otros lo hacen con libros de superación.

Sobre el uso de la Ñ, dijo que gracias a ella podemos soñar, pestañar, enseñar, ser niños, entre tantas otras cosas, “ojalá nunca se pierda, ella nace en la Edad Media, se vuelve en la manera de abreviar la doble N”.

Frente a los lectores, comentó que a veces hay una superioridad moral entre el lector y el no lector; “eso me cae gordo”. También señaló que las campañas a favor de la lectura las ha mirado con cierta desconfianza, “de pronto para que la gente lea más hay que dejar de insistir en que lean.”

Frente a la pandemia, Santiago Gamboa, escritor, periodista, autor de Necrópolis y Plegarias nocturnas, contó que para los escritores la vida es muy parecida a estar en pandemia, “no es que uno esté encerrado, es que todos están en la casa, ya nadie se va. El problema no soy yo, sino los demás para mi.” Frente a los lectores, señaló que es cierto que los que leen siempre son los mismos. “La gente que no ha leído nunca no creo que por estar encerrada vaya a empezar a leer. Lo que define a una persona que no lee, no es el hecho de que no tenga nada que hacer o que no tenga tiempo”, concluyó.

Por otro lado, advirtió que leer es una actividad voluntaria, pero que lo primero que debe haber para que sea voluntaria, es poder acceder al libro.

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