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¿Cuáles son los cambios en la política mundial por cuenta de la pandemia?

Panelistas no so optimistas con los escenarios a futuro; opinan que la pandemia a develado graves problemas en la democracia.

En Hora 20 en un especial estaremos abordando los movimientos geopolíticos durante la pandemia del coronavirus. Analizamos el comportamiento de líderes mundiales, sus decisiones y la manera cómo el multilateralismo ha sido el gran ausente. También una mirada a las radicalizaciones y a los riesgos que corren las ciudadanías en los escenarios de la postpandemia.

El mundo actual pocas veces recuerda haber tenido una crisis como la que se vive en este momento. Aunque las redes sociales se han atestado de memes, criticando lo que ha sido un año frenético, el discurso y el análisis debe ir más allá. Para los organismos internacionales como la ONU, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Unión Europea y demás mecanismos que se hayan creado bajo la democracia han resaltado que esta es la peor crisis después de la provocada durante y después de la segunda guerra mundial. Además, de un daño en los tejidos sociales gracias a una pandemia; el mundo también se estará enfrentando a la peor crisis económica desde la Gran Depresión en 1929.

Los bajos precios del petróleo; la quiebra de empresas; los números negativos en las bolsas de valores del mundo; el aumento en las tasas de desempleo y los negocios cerrados por cuenta de una pandemia ha generado el coctel perfecto para que se hable de una crisis económica que podría provocar una hambruna que alcance hasta a 250 millones de personas en todo el mundo, en territorios tan cercanos a nosotros como Venezuela. Estos baches en la economía y en el orden mundial podrían generar cambios que determinen la manera como se configura hoy la geopolítica y quizás el inicio de nuevas crisis.

Es en este punto, en el que las crisis más álgidas se pueden convertir en un arma de doble filo, como lo apuntaba hace unos días en entrevista con EFE la filósofa Martha Nussbaum “esta crisis provoca mayor miedo, esto provoca el deseo de buscar el confort en un líder poderoso, con lo que la democracia se pone en riesgo” o el director de la Open Society Fundation “la democracia es débil, sobre todo en tiempos de crisis.” Hace pensar en la manera como la ciudadanía debe responder ante cualquier ataque a la democracia, en un momento donde la crisis se puede convertir en una puerta para la llegada de autoritarismo, populismo y radicalización de discursos como el del odio.

Más allá de los escenarios a lo que nos podríamos enfrentar por la crisis. Otra es la visión que se tiene del manejo que se le ha dado a la pandemia por parte de los líderes mundiales y de lo poco efectivo que ha resultado el multilateralismo en la peor crisis en casi un siglo. Con Trump sacando a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud; con un organismo como la ONU que no ha realizado pronunciamientos fuertes y sin un liderazgo mundial que permita un manejo responsable de la pandemia. A esto se le puede añadir el papel de China en la pandemia y las ya tensas relaciones con Washington. Frente a este tema de la unión de las naciones y del funcionamiento del multilateralismo, Yuval Noah Harari hacía una referencia hace unos días sobre la necesidad de que los liderazgos mundiales se unieran para salir de esta crisis, acción política que hasta el momento no ha ocurrido.

Lo que opinan los panelistas

Gabriel Silva, exembajador en Estados Unidos y columnista, considera que hablar de orden mundial en este momento es casi una ilusión y que por el contrario el mundo se encuentra es en un desorden. Agrega que, en la historia del mundo, las situaciones sin orden han sido lo más común, pero que llevamos un periodo de 50 años en el que el orden primó junto con una forma más civilizada de resolver los conflictos. Sin embargo, apunta que ese multilateralismo y ese modelo que se tenía en el mundo se fue desmoronando, en parte gracias a las acciones en los últimos años del gobierno de Estados Unidos.

“El modelo que se tuvo hasta muy recientemente, estaba construido sobre la condición de que la democracia americana era el modelo, que a la democracia era el escenario multilateral. Esa democracia se ha ido erosionando y afectando, lo vemos hoy con las marchas y protestas sociales. El modelo que sustentaba la estructura multilateral ha dejado de convocar al mundo, en esa medida, nadie defiende la democracia” comenta sobre los cambios democráticos y los modelos políticos por cuenta de la pandemia.

Advierte que cuando en la democracia se presentan los vacíos de liderazgo, suelen aparecen personajes nefastos y autoritarismos que buscan desafiar a la democracia liberal. También dice que no será Estados Unidos el país que ayude a sostener ese modelo colectivo, ya que, para Silva, han perdido toda autoridad. Por último, considera que el coronavirus se ha utilizado como la justificación para desatar una estrategia autoritaria en algunos países.

Para Juan Carlos Flórez, historiador, exconcejal de Bogotá, el orden mundial estaba socavado desde hace décadas, pero que el coronavirus devela las fracturas del orden global. “No las crea desde cero, algunas de pronto les mete el acelerador, pero otras ya venían y el coronavirus es como una especie de scanner que puede leer hasta el tuétano. Durante años el crecimiento de China ocultó las debilidades económicas de EE. UU. y Europa, y con la pandemia se frenó la manera económica de funcionar. La economía se venia resfriando muy rápido” comenta sobre las realidades políticas del mundo actual.

Agrega que las democracias desde hace mucho tiempo no tienen una pretensión de liderazgo global. “No la tiene EE. UU., no la tiene la Europa democrática, esta crisis ha evidenciado que los liderazgos autoritarios que se generan en el mundo cada vez son más atractivos y que el liderazgo mundial no tiene la manera cómo oponérsele” dice sobre la falta de un país o un líder que conduzca como lo lograron varios países en Occidente por mucho tiempo.

Sobre los problemas de la globalización, dice que esta siempre fue más económica que política y social, por lo tanto, asegura que lo que se expresa ahora con lo ocurrido es que se cae el mito de los últimos años de que la globalización era imparable y que las empresas se deslocalizaban era por cuenta de la globalización.

Según Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano y profesor adjunto de la Universidad de Georgetown, es difícil ser optimista en estos días. Aunque para el panelista muchos tratan de interpretar el momento como una oportunidad. Sin embargo, su análisis no es nada alentador “no veo liderazgo en el panorama actual, veo un mundo fragmentado y veo la esencia de EE. UU., que refleja un punto de vista radical.” Por otro lado, piensa que pueden surgir liderazgos “no descarto que haya un espacio democrático para otro tipo de liderazgo. Si esta ola autoritaria, populista no funciona y no deja resultados y no satisface demandas de la gente, yo creo que el péndulo puede irse para otro lado. La gente está siendo exigente y tiene más información que nunca.”

Reconoce que es un riesgo utilizar la pandemia y la crisis para consolidar mayor poder fuera de los parámetros y de los límites establecidos por la democracia. Añade que se conoce la triste historia de lo que han hecho algunos gobiernos con los estados de excepción y que esas acciones podrían tener graves consecuencias. También dice que preocupan casos como el de El Salvador, donde su presidente ha demostrado un tono autoritario durante el manejo de la emergencia.

Carlos Alberto Patiño, profesor titular de la Universidad Nacional, considera que frente a la situación que tenemos hoy, se presentan dos fenómenos. Uno es el de quién domina la escena internacional, lo que comprende la cooperación con distintos países, hecho que ha sabido aprovechar hasta el momento con esta situación China. Por otro lado, está que durante la pandemia la humanidad ha tenido unos periodos de aislamiento, lo que ha socavado los sistemas económicos, disparando el desempleo y generando a futuro crisis sociales en países de África, Latinoamérica y algunos de Asia.

Sobre la globalización plantea que es complejo su análisis, ya que considera que una cosa es la globalización entendida como un fenómeno que el mundo afronta hace cinco o seis siglos y otra cosa es confundir los procesos de deslocalización industrial y el llamado a revisar la capacidad de abastecimiento mundial en los distintos países. Agrega que la globalización, igual que el comercio es la fuente de riqueza y ese es el fenómeno que se impone en países como China que hoy pueden ser considerados como el adalid de la economía mundial.

Explica que en política internacional una cosa es la estructura y otra es la competencia geopolítica. En la primera apunta que esa estructura está bajo lo acordado en la ONU y en las instituciones democráticas; agrega que este orden sigue intacto y que bien o mal está funcionando. Por otro lado, dice que la competencia entre países y un reflejo de esto es el vacío que deja la URSS a principio de la década de los noventa y la forma como China hoy intenta ganar poder. Frente a este último tema dice que el reposicionamiento de países como India y China juegan un papel clave en la política mundial.

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