Salud digestiva
Bacterias en la línea defensiva
Los malos hábitos en la alimentación, el tabaquismo, el estrés, así como el uso de antibióticos o algunos medicamentos para enfermedades crónicas pueden conducir al desequilibrio de la microbiota o flora intestinal y causar disbiosis. La disbiosis puede producir malestares digestivos, incluido dolor abdominal.
La Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de probióticos específicos para el control y la recuperación de la diarrea, uno de los síntomas de la disbiosis.
El sistema digestivo cuenta con alrededor de 400 especies distintas de microorganismos vivos, especialmente bacterias, que facilitan la correcta digestión y absorción de nutrientes y actúan como defensores frente a otros microorganismos nocivos para la salud. Este grupo de bacterias “positivas” representan una línea defensiva, para la salud conocida como microbiota o flora intestinal. Una mala alimentación, infecciones, tratamiento con antibióticos e incluso el estrés pueden debilitar y desequilibrar la flora intestinal, proceso que se conoce como disbiosis, explica el doctor Óscar Triana, gerente médico de Sanofi.
La disbiosis se puede manifestar con síntomas intestinales como gases, dolor, mala digestión y diarrea, siendo este último uno de los síntomas más comunes. No obstante, puede tener relación con órganos extra intestinales y asociarse con diversas condiciones como obesidad, alergias o dermatitis y con situaciones de estrés, tratamiento con antibióticos o medicamentos de uso crónico y envejecimiento.
De acuerdo con el doctor Triana, esta pérdida del equilibrio también se hace evidente en patologías como el síndrome del intestino irritable (SII) o enfermedades inflamatorias intestinales.
¿Qué se recomienda para contribuir con la salud digestiva?
En general la disbiosis se puede corregir a través de la dieta con alimentos que contengan sustancias quealimenten a las bacterias positivas de nuestro intestino, como las verduras y las frutas, de igual forma se debe tener moderación en el consumo de proteínas, grasas y carbohidratos. Como recomendación para tener una buena salud digestiva, para un tratamiento integral y recuperación más rápida y sostenible a largo plazo, debe sumarse la reconstrucción y restauración de la flora intestinal que se encuentra desequilibrada, disminuida y debilitada, asegura el doctor Triana.
Dietas altas en grasas, carnes y calorías y reducidas en consumo de fibra, se suelen presentar en los cuadros médicos de quien padece de disbiosis. De igual forma el estrés de la vida cotidiana tiene efectos negativos en la salud intestinal que afecta la calidad de vida de quien la padece.
Para mantener el equilibrio se recomienda el consumo de probióticos: bacterias benéficas que estimulan la reconstrucción y el fortalecimiento de los microorganismos vivos necesarios para nuestro sistema digestivo. Justamente la palabra probiótico, de origen griego, significa “a favor de la vida”, bacterias usualmente administradas a través de medicamentos o preparaciones similares a los medicamentos.
Una de las principales fuentes naturales de probióticos es la leche materna. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia humana exclusiva durante los primeros seis meses de vida, pues ésta promueve el desarrollo de la microbiota intestinal del lactante que contribuye en la prevención de enfermedades comunes en la infancia como los son las infecciones gastrointestinales, respiratorias y la prevención de alergia.
Microbiota intestinal, información relevante
La microbiota intestinal desempeña un papel muy importante en nuestras vidas y en el funcionamiento de nuestro organismo.
La composición de la microbiota intestinal es única para cada individuo y puede caracterizarnos a cada uno de nosotros, como lo hace nuestra huella dactilar.
Nuestra microbiota intestinal contiene alrededor de 100 billones de bacterias, lo que supone una cifra superior al número de células de nuestro cuerpo.
Hay más de 3 millones de genes microbianos en nuestra microbiota intestinal, es decir, más genes que en el genoma humano.
La microbiota intestinal, en su totalidad, puede llegar a pesar 2 kg.
Más de 1.000 especies de bacterias conocidas pueden hallarse en la microbiota intestinal del ser humano. Sin embargo, solo entre 150 y 170 predominan.