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Misterios y creencias

La insólita razón por la cual Adriana Lucía no arma pesebre en su casa

La cantante y compositora de cumbia, porro y vallenato, confesó las tradiciones que realiza para estas épocas decembrinas.

La insólita razón por la cual Adriana Lucía no arma pesebre en su casa

¿Ya armó el árbol de Navidad?

Si lo armé pero muy atrasada, fue el 7 de diciembre, justo el día de las velitas con una decoración particular, quedo un poco chueca la decoración pero ahí está.

¿Usted misma armó el árbol, su esposo le ayudó?

No, lo armamos mi hijo Salomón y yo, abrirlo y sacarlo de la caja es lo más harto, me acuerdo que les armaba el árbol a mis tías y a mis abuelas.

¿Tiene pesebre en su casa?

No tengo pesebre pero tengo una anécdota sobre eso, yo era fanática, armaba el mega-pesebre y una vez se fue la luz en mi casa, algunos se pararon encima del pesebre, dañaron las ovejas y desde ese día jure no volver a armar un pesebre. Imagínese a Melchor, Gaspar y Baltazar espichados.

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¿Le escribía cartas al niño Dios?

No teníamos esa costumbre de escribirle, lo que hacíamos en mi tierra era que los niños se levantaban a las 4 a.m. y recorríamos las casas a cantar villancicos, era todo un plan. Nací en el campo, donde las 4 a.m. es la hora pico, solíamos buscar una casa donde podíamos llevar alegría a personas discapacitadas, era algo muy lindo.

¿Qué recetas tradicionales tiene para estas épocas?

Ahora cambie el chip, porque en mi tierra no se come natilla ni buñuelos y aquí en Bogotá sí, mi receta favorita es un arroz que mi mamá hace con insumo de coco y vegetales, es una delicia.

¿Cómo es Navidad en su casa?

Es lo máximo porque como la familia de mi esposo, casi toda vive en el extranjero, solo los papas de él van a mi casa en Santa Marta y el 31 de diciembre vamos para Coveñas, entonces está toda la familia revuelta.

¿Cómo celebra el Año Nuevo?

Yo soy como muñequito de cuerda, me quedo quieta pero si me dan cuerda me empiezo a mover. El 31 a las 12 de la noche voy a estar cantando en la playa, en Coveñas. Curiosamente para mi familia es más importante el 1 de enero que el 31 de diciembre.

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