<strong>La estatua de Cristo Redentor</strong>, ubicada en lo alto del <strong>Cerro de Corcovado en Río de Janeiro</strong>, es el sitio más visitado de Brasil. No sólo es una referencia turística del país visitada al año por 600.000 personas, también es un símbolo de la fe católica de los brasileños. El padre Omar Raposo es quien cuida la fe de los visitantes al Cristo Redentor de Corcovado, quien oficia las misas, las ceremonias religiosas, bautizos, bodas, en la capilla de Nuestra Señora de Aparecida, la patrona de Brasil, capilla que está en la base de la estatua, y digo que él cuida la fe porque de asuntos menos espirituales como todo el manejo de los turistas, lo que pagan para ingresar al monumento que son en total unos 50 reales, unos 50 mil pesos, incluido el transporte, pues de eso se encargan otros El padre Raposo le contó a <a href="http://www.caracol.com.co/">Caracol Radio</a> que esta estatua de Cristo Redentor, que mide 38 metros de altura, pesa 1.145 toneladas y de brazo a brazo extendido mide 28 metros, es Patrimonio Histórico Nacional. La idea de un monumento religioso surgió a mediados del siglo 19, como un homenaje a la fe de los brasileños, pero sólo se empezó a concretar en 1921. Está ubicado en la mayor selva urbana del mundo: el parque Nacional de Tijuca y es claro, orgullo de los brasileños “Muchos brasileños vienen a este lugar que tiene, además, un gran movimiento de turistas extranjeros. Ahora mucho más con ocasión de la Copa del Mundo. Hasta aquí están llegando los aficionados con su alegría a visitar nuestro querido monumento símbolo de Brasil. El Cristo Redentor no sólo ayuda a la Selección Brasileña. Este es un símbolo universal, y aquí quien llega es bien recibido porque representa a todos los brasileños. Estamos de brazos abiertos para recibir a todos los visitantes”, indicó el sacerdote Este monumento, que es una obra soberbia de tipo Art Decó y que combina arquitectura, ingeniería y escultura, a cargo del Héctor Da Silva Costa y el escultor francés Paul Landowski, se inauguró el 12 de octubre de 1931, el día de la fiesta de Nuestra Señora de Aparecida, la patrona de Brasil. El padre Raposo cuenta que fue una obra muy compleja para la época, pero en la que nadie murió “Fue una obra que duró 4 años en construirse. Se hizo con mucha fe, es el mayor monumento Art Decó del mundo, y es una referencia que le da una visibilidad inmensa a la fe y la unión entre los pueblos. Es la obra que recibe más visitantes en Brasil y la puerta de entrada del turismo, que hoy está feliz de recibir a todos los turistas, delegaciones, a la prensa de todo el mundo. Es el Cristo Redentor del Universo que los recibe con fe, con alegría, con amor. Y para Colombia, un mensaje también de fe y esperanza para que estrechen cada vez más sus vínculos con Brasil en todos los niveles”, concluyó el padre Raposo, quien destacó las muchas obras que se han realizado en los últimos años al monumento para garantizar el acceso a todas las personas al Cristo Redentor.