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El Social, la tienda de barrio más popular de Medellín

Este punto de encuentro nació del ahorro de 14 amigos que pensaban irse de paseo y terminaron comprando una tienda de barrio.

El Social, la tienda de barrio más popular de Medellín / Instagram El Social

Debajo de ramas deshilachadas ponen mesas en una esquina del barrio El Poblado que en la noche se convierte en punto de encuentro.  Esto es en la acera de la vieja casa donde ahora suena AguanileSanto dios, Santo fuerte, Santo Inmortal; Aguanile, Aguanile, Mai Mai-. Es una casa que hace 50 años perteneció a los abuelos de don Saúl, y qué iba a imaginarse él que su vieja tienda, una tarde por allá, hace varios años, en una charla casual con cuatro amigos y luego de un apretón de manos, terminó por vender, y que más tarde se convertiría en referente de romería al vaivén de cervezas, chicharrones, empanadas, música y el apetecido ambiente que lleva consigo estar en la Calle Provenza.

Corría el año 2004, y en ese momento 14 amigos pensaron que ahorrar 100 mil pesos mensuales sería un buen comienzo para un paseo de vacaciones. Tenían plazo para dar la cuota hasta el 10 de cada mes y no hacerlo les significaba una multa de 2 mil pesos por cada día de retraso. No viajaron, sí ahorraron.

Ese ahorro estuvo por unos siete años en una natillera de amigos bien administrada. Inclusive, un día le prestaron 15 millones a una persona conocida para comprar un carro, a los seis meses el dinero les fue devuelto con sus intereses. Esta posibilidad de préstamos, les resultó llamativa, y algunos días después, ante la Cámara de Comercio de Medellín ya se habían constituido en la empresa Flac: Fondo de Los Amigos del Colegio. No podía ser de otra forma.

Negocios movidos

Los negocios comenzaron a moverse, inversiones aquí y allá. Compraron acciones en EcopetrolBancolombia, aportaron como ‘beliebers’ en la creación de Tres Cordilleras, y así llegaron una tarde a tomarse unas cervezas a la esquina de árboles con ramas desilachadas y apetecido ambiente. Saúl los atendió, era su tienda, pero hasta ese día cuando Samuel Restrepo, uno de los catorce amigos que terminó siendo empresario ahorrando 100 mil pesos mensuales, le dijo a Saúl: “Véndanos esta tienda”, a lo que don Saúl respondió: “Se las vendo”, negocio de palabra y apretón de manos, nada de firmas en papel, 300 mil pesos en caja, un millón en activos, dos empleados y cuatro, de los 14 amigos, pensando la forma de decirle a los otros 10 que ahora eran dueños de una tienda de barrio.

El Social

Y se dedicaron a El Social, el nombre que estos paisas le dieron a la tienda, cuya adquisición tenía un único objetivo: ser el punto de encuentro de amigos, sin tanto protocolo. De esta manera, varios días después de haber comprado la casa de la esquina pusieron un aviso en Facebook sin imaginarse que estaban lanzando la pequeña bola de nieve que hoy  no ha dejado de hacerse grande mientras sigue rodando.

“Muchos vimos la oportunidad de un punto de encuentro; el fondo de inversión era de amigos pero no teníamos un lugar para tardear y lo compramos sin dimensionar lo bien que nos iría. Desde el primer día se nos empezó a llenar y cada vez era más agradable. Cuando uno hace bien la tarea, le va bien; nosotros tenemos una política de no ver todo a corto plazo y no todo como plata si un cliente no está contento, cámbiele el producto, ser muy humanos sobre todo”, analiza Samuel, el encargado de hacer memoria sobre la evolución de La Social.

A la tienda le cambiaron los baños; los clientes se iban a las 9 pm después de un par de cervezas bien charladitas; a los dueños les inquietaba ver que cuando la noche apenas era noche y no madrugada,sobraban sillas desocupadas.

Nos vamos porque nos dio hambre”, le decían a Samuel, uno de los que selló el negocio de compra con don Saúl y su apretón de manos. Y a la remodelación de los baños le sumaron la compra de una estufa con dos boquillas, y luego, con empanadas y pizzas, las sillas ya no quedaban desocupadas cuando la noche era noche y no madrugada. Y bueno luego llegaron los chicharrones, que no necesitan mucha presentación.

El Social no se quedó solo en la remodelación de los baños y la operación de la estufa de dos boquillas, se convirtió en tres pisos más y un proyecto cultural de ciudad de amigos. Su éxito significó para Flac la creación de otras cuatro sedes de El Social; de inversiones y hasta El Social Nómada, creada para organizar o participar en eventos, ferias y la celebración de los 40 años de algún esposo, recuenta don Samuel, a través de Caracol Radio.

Exitosos

Su éxito responde al buen trato a sus trabajadores y estos a su vez a los clientes; incluso, este año están listos para la primera promoción de “la Universidad de El Social”, un proyecto académico y de preparación que se divide en dos módulos para capacitar a todo el personal de Flac, más de 65 trabajadores, desde mensajeros hasta cargos directivos, en trato a clientes, manejo de caja, por mencionar algunos.

Por todo esto, no vea con rareza que cuando por descuido derrame su cerveza en uno de los negocios de estos 14 visionarios, en su mesa le sea repuesta la bebida regada, pero no aparecerá en la factura al final de una noche al vaivén de cervezas, chicharrones, empanadas, música y el apetecido ambiente que lleva consigo estar en la Calle Provenza. 

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