¿En jaque los migrantes irregulares cubanos albergados en Turbo?

Varados y con el ánimo de buscar alguna ayuda humanitaria para pasar sin contratiempos de Colombia hasta algún país de Centroamérica estaban represados casi 3.000 cubanos en el municipio de Turbo, Urabá antioqueño. Algunos soñaban con la posibilidad de un puente humanitario, otros con un vuelo directo por lo menos hasta México, algunos menos optimistas con una apertura momentánea de la frontera de Panamá, pero ninguna de esas expectativas se cumplió , pese a las múltiples solicitudes de ayudas incluso de la Iglesia Católica. La cantidad de migrantes irregulares se convirtió en un problema que tendía a crecer más en la localidad de Turbo, y solo fue necesaria la orden del presidente Juan Manuel Santos para crear un plan de choque que permitiera paso a paso la evacuación de los cubanos. Aunque inicialmente los migrantes se negaron a salir de una bodega privada en el barrio Obrero, las acciones de Migración Colombia y la Policía Nacional hicieron que una buena cantidad de familias cambiaran de parecer, más de 500 solicitaron el salvoconducto para irse por sus propios medios del territorio colombiano o devolverse al país de donde vinieron y 14 migrantes, con menos suerte, fueron devueltos a la isla. Pero ¿por qué los cubanos quieren llegar a los Estados Unidos? Al parecer es un fenómeno que creció aceleradamente luego que el país norteamericano restableciera sus relaciones con Cuba a finales de 2014. EE.UU. les brinda oportunidades económicas, laborales y sociales, pero los cubanos creen que los beneficios podría terminar, por ello, emprenden una larga y peligrosa migración para cruzar ocho países, de los cuales, Nicaragua, Costa Rica y Panamá tienen cerradas las fronteras. Dayron Varón es cubano licenciado en cultura física, desde hace 5 meses salió de Cuba con el fin de darle un mejor futuro a su hijo de 11 años, por él, solo por él, decidió cruzar ilegalmente la selva del Darién para llegar a Panamá. En diálogo con Caracol Radio, confesó que ante el ‘jaque mate’ del gobierno colombiano, decidió internarse en la selva por 6 días, un recorrido que no sabe si aguantará. “Aquí podemos ser capturados en estos momentos, entonces hay que tomar el riesgo para continuar nuestro destino, nosotros sabemos que muchos han llegado después de cruzar la selva, pero hay otros que no se sabe nada de ello”, manifestó el migrante. En su travesía, Dayron acompañado de su esposa ha cruzado cuatro países: Brasil, Perú, Ecuador y Colombia, ahora espera poder llegar a Panamá para continuar el recorrido a Costa Rica, Nicaragua y México para llegar a los Estados Unidos. Más de cuatro días tardó Andrea Jiménez, médica de profesión, y su esposo, un docente cubano, en tomar la decisión de cruzar la selva con su hijo Samuel de 6 años de edad. Ellos, hace más de tres años salieron de Cuba, se radicaron en Ecuador, pero ante las represarías de ese gobierno retomaron la idea de continuar camino para llegar a los Estados Unidos, sin tener en cuenta lo que les esperaba. En las afueras de la oficina de Migración, ambos hablaban con su hijo, quien les cuestionaba, inocentemente, porque se iban por la selva, ellos, en medio del drama, trataban de sonreír y explicarle al pequeño que se trataba de un juego. “La decisión la acabamos de tomar porque nosotros pensábamos mirar para atrás, pero no podemos mirar para atrás porque no tenemos nada, incluso mirando para atrás hay amenazas (…) Yo he tratado que a mi niño no lo afecte mucho, pero él escucha las conversaciones, ya sabe que es la selva, nosotros como padres tratamos de disfrazarle la caminata que tendremos como un juego, que es camping, pero sabemos que el sufrimiento lo va pasar, nosotros trataremos de protegerlo con nuestra propia vida”, señaló a Caracol Radio la doctora. Ella afirma que quisiera vivir en Cuba, pero que salió por las dificultades que implica vivir en una dictadura, el niño que está en segundo grado tiene el colegio suspendido, ahora esperan continuar para poder brindar mejores posibilidades a razón de ser: Samuel. Kiria tiene 6 meses en el vientre de su madre, Dayana Roché, una joven de 26 años que ante las persecuciones del gobierno cubano salió de su país hace 7 meses, donde era profesional en ciencias económicas, pero por ganar solo 10 dólares al mes se retiró del trabajo oficial y abrió un almacén de ropa que fue sellado por la policía cubana. Ella lleva dos meses en Colombia, especialmente en Turbo, buscando la posibilidad de salir a Panamá sin tener que cruzar la selva, y aunque esa alternativa no es viable, Dayana asegura que continuará su lucha hasta el final. “Yo voy a esperar hasta el final, yo creo que sí hay solución, sobre todo para nosotras las mujeres en embarazo (…) Los que se han ido son cobardes, aquí nadie nos ha pegado, aquí nos están amenazando, estamos en una guerra psicológica, todavía tengo alientos, así quedan dejen 10, así quede sola”, puntualizó la mujer. Esta cubana es epiléptica, su embarazo ha sido complicado por eso no sabe qué tan bien pueda estar su babé: “Sabrá Dios con que defecto irá a salir cuando nazca porque yo todo lo que he tenido que he pasado para llegar aquí, no ha sido fácil”, dijo a Caracol Radio. Como ella, eran 11 las mujeres migrantes que estaban en embarazo, varias con su barriga se han arriesgado a salir a la selva, una por las circunstancias en las que estaba aborto involuntariamente, y otras como Dayana, se niegan a renunciar a su sueño, seguir camino a los Estados Unidos.