Milei, Bukele, Trump y Petro: cuando la imagen personal se convierte en estrategia política
Diversos líderes han convertido su estilo personal en una pieza estructural de su comunicación política, han transformado la moda en un mecanismo que los acompaña, posiciona y que define su mensaje público.
Javier Milei, Donald Trump y Gustavo Petro son algunos líderes que resaltan por su imagen personal
En la política global, la imagen no solo acompaña al discurso: lo moldea. En América Latina, Estados Unidos y Europa, diversos líderes han incorporado su apariencia como un componente activo de su comunicación. Peinados, prendas y gestos operan como dispositivos políticos que proyectan autoridad, rebeldía, cercanía o resistencia, y se han convertido en el centro de su identidad, al igual que de sus bases.
Javier Milei, presidente de Argentina Foto: Getty Images / Tomas Cuesta
Javier Milei: ‘la melena del antisistema’
El presidente argentino convirtió su peinado en un elemento central de su identidad pública. Su cabello desordenado, comparado con frecuencia con una melena, se ha asociado a su narrativa disruptiva y a una imagen abiertamente antisistema. En una entrevista con el canal ‘El Trece’, señaló que no se peina al salir de la ducha, sino que el viento lo peina, una declaración que reforzó la construcción de este estilo distintivo. Su apariencia busca diferenciarlo de los códigos formales del poder y ha generado atención y debate en la esfera pública.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador Foto: Getty Images / Alex Peña
Nayib Bukele: estética juvenil como herramienta comunicativa
El presidente de El Salvador ha construido una imagen basada en un estilo relajado, con chaquetas de cuero, gorra hacia atrás, barba recortada y jeans. Diversos analistas lo describen como parte de una estética “hipster” o millennial que acompaña su estrategia de comunicación digital orientada a proyectar cercanía y modernidad. También, se ha señalado que esta apariencia refuerza su narrativa de outsider joven, aunque en momentos de alta exposición institucional recurre a atuendos más formales para subrayar autoridad.
Zohran Mamdani, alcalde electo de Nueva York Foto: Getty Images / BG048/Bauer-Griffin
Zohran Mamdani: austeridad como identidad política
El alcalde electo de Nueva York ha consolidado una estética sobria y funcional que acompaña su narrativa progresista: suele vestir trajes slim-cut, camisas básicas y prendas de marcas asequibles como Uniqlo, y complementa su look con un reloj Casio además de accesorios con carga simbólica. Este estilo, junto con referencias a su herencia ugandesa e india, se interpreta como un mensaje de cercanía, multiculturalismo y rechazo a la ostentación, coherente con su propuesta política centrada en la asequibilidad, la justicia social y la igualdad.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos Foto: Getty Images / Andrew Harnik
Donald Trump: extravagancia como marca política
El presidente estadounidense ha convertido su estética en una extensión de su marca política: trajes de corte amplio, corbatas rojas extralargas, bronceado intenso y un peinado inconfundible conforman un conjunto visual asociado a poder y diferenciación. Su vestuario ha sido vinculado a una imagen de ostentación heredera del Wall Street de los años 80, mientras su recurrente corbata roja se interpreta como un símbolo de autoridad y vínculo con su partido.
A esto se suma la gorra Make America Great Again, que se convirtió en un emblema de su movimiento político y un símbolo de pertenencia identitario. En conjunto, estos elementos funcionan como un dispositivo comunicativo que refuerza su narrativa de liderazgo fuerte, potencia su visibilidad y consolida su posicionamiento político.
Gustavo Petro, presidente de Colombia Foto: Getty Images / Gabriel Aponte
Gustavo Petro: informalidad que rompe con el protocolo tradicional
El presidente de Colombia ha consolidado una estética que se aleja de la solemnidad presidencial tradicional: camisas sin corbata, chaquetas livianas e incluso, jean en escenarios oficiales. Su vestuario suele leerse como una señal de cercanía y como una apuesta por desmarcarse de los códigos formales del poder. En la cena oficial del Palacio Real de España rechazó el uso del frac, argumentando que esa prenda representa élites y distancias históricas.
En otros viajes ha recurrido a prendas asociadas a la cultura caribeña, una elección que se interpreta como reivindicación identitaria y como gesto crítico frente al protocolo occidental. Estas decisiones han generado debates públicos sobre los límites entre autenticidad, informalidad y representación institucional.
Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania Foto: Getty Images / SOPA Images
Volodimir Zelenski: estética de jefe de Estado en guerra
Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, el presidente ucraniano ha mantenido un estilo utilitario y militarizado: sudaderas y camisetas verde oliva, pantalones cargo, botas y prendas negras o caqui. Esta elección se interpreta como un mensaje visual deliberado de solidaridad con la población y las fuerzas armadas, que busca proyectar sacrificio, austeridad y presencia constante en el frente.
Su diseñadora, Elvira Gasanova, ha dicho que renunciar al traje formal no es descuido, sino una estrategia simbólica: con su ropa, Zelensky, “muestra que él está en guerra con su pueblo”, refuerza su legitimidad como líder de resistencia y marca una diferencia clara frente a líderes que optan por un estilo tradicional.