Prevención e innovación: dos pilares que cambian el rumbo del cáncer
Nuevos tratamientos y estrategias de detección temprana están redefiniendo las posibilidades de vida frente al cáncer para millones de pacientes.
La prevención y la detección temprana continúan siendo las estrategias más eficaces para reducir la mortalidad por cáncer. | Foto: gettyimages / Aja Koska
Durante las últimas décadas, el cáncer ha pasado de ser un diagnóstico con pocas alternativas a una enfermedad frente a la cual la investigación, la ciencia y las políticas de salud han logrado avances notables.
Los datos muestran hoy que la combinación de prevención, detección temprana e innovación médica han sido determinantes para mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir el impacto económico y social de la enfermedad.
Según el SEER Cancer Statistics Review 1975–2016 del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, la tasa de supervivencia relativa a cinco años para todos los tipos de cáncer aumentó del 49,1% en 1975-77 al 67,1% en 2012-2016. Este progreso refleja el impacto de años de inversión sostenida en investigación científica, desarrollo de terapias innovadoras y aplicación de tratamientos más precisos y personalizados.
A su vez, un informe de Farmaindustria señala que cerca del 73 % del aumento reciente en la esperanza de vida global se atribuye al desarrollo de nuevos fármacos y terapias. Los avances en biotecnología, inmunoterapia y las terapias dirigidas han permitido tratar tipos de cáncer antes considerados de alta letalidad, como el melanoma, el cáncer de pulmón o el mieloma múltiple.
No obstante, la innovación no es suficiente por sí sola. La prevención (entre ellos, la detección temprana) continúan siendo los mecanismos más eficaces para reducir la mortalidad.
La Organización Mundial de la Salud estima que entre el 30 % y el 50 % de los casos de cáncer pueden evitarse mediante cambios en los estilos de vida: evitar el consumo de tabaco, mantener una dieta saludable, realizar actividad física y reducir la exposición a factores ambientales de riesgo.
A esto se suman los programas de vacunación contra el virus del papiloma humano y la hepatitis B, que han demostrado disminuir de forma significativa los casos de cáncer de cuello uterino y de hígado, respectivamente.
El estudio del McKinsey Global Institute, Prioritizing Health: A Prescription for Prosperity, indica que promover hábitos saludables podría sumar hasta 12 billones de dólares al PIB mundial para 2040. Esta estimación evidencia que invertir en salud también impulsa la productividad y el desarrollo económico. Del mismo modo, la OMS calcula que cada dólar invertido en tratamientos médicos puede generar hasta cuatro de retorno, al reducir los costos asociados a la pérdida de productividad y atención hospitalaria.
En el caso colombiano, aunque el cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte, el país ha avanzado en detección y tratamiento. De acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología y la Liga Colombiana Contra el Cáncer, con la Política de atención integral PAIS se fortalecieron los programas de tamizaje y se amplió la red de atención. Los esfuerzos se han concentrado en los cánceres de mama, cuello uterino, próstata y colon.
Para la OMS, el desafío está en mantener el equilibrio entre la incorporación de tecnologías innovadoras y la consolidación de estrategias preventivas que reduzcan la aparición de nuevos casos. Invertir solo en tratamientos sin fortalecer la atención primaria puede aumentar los costos del sistema y limitar su sostenibilidad a largo plazo.
La experiencia internacional demuestra que la prevención y la innovación no son caminos separados, sino estrategias complementarias. La detección oportuna de acuerdo con voceros de Johnson & Johnson permite que las innovaciones médicas tengan un impacto real, mientras que la investigación científica impulsa el desarrollo de tratamientos menos invasivos y más efectivos.
El cáncer continúa siendo uno de los mayores retos del siglo XXI, pero también un ejemplo claro de cómo la inversión en salud genera resultados medibles en bienestar, productividad y crecimiento. Apostar por la innovación, la prevención y la cura no solo mejora los desenlaces clínicos, sino que fortalece los cimientos de un sistema de salud capaz de responder a las necesidades de la población y de sostener los avances científicos del futuro.
En Prisa Media reconocemos que la salud es un motor del desarrollo del país, por ello nace Innovación en Salud, una iniciativa con el apoyo de Johnson & Johnson.