Medellín reduce a 0,5 % la desnutrición aguda infantil y registra cero muertes en 2025
Se logró la tasa más baja en una década entre más de 86.000 niños tamizados.
Foto: Alcaldía de Medellín.
Medellín, Antioquia
La capital antioqueña logró una reducción histórica en los casos de desnutrición aguda infantil, al registrar una tasa del 0,5 % con corte al 15 de agosto de 2025, la más baja en los últimos diez años. Además, no se han reportado muertes por esta causa en lo corrido del año, a diferencia de 2023, cuando se registraron dos.
Según el Sistema de Seguimiento Nutricional Infantil (SENIN), el indicador se calculó entre 86.367 niñas y niños menores de cinco años tamizados. La cifra representa una disminución significativa frente al 0,9 % registrado en 2024 y al 1,1 % de 2023.
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La desnutrición aguda es una condición caracterizada por la pérdida rápida de peso en corto tiempo y puede comprometer la vida si no se trata a tiempo. Entre 2022 y 2023 se reportaron dos muertes por esta causa cada año, mientras que en 2024 y 2025 no se han presentado fallecimientos.
La secretaria de Salud, Natalia López Delgado explicó “También es importante mencionar que en el caso de Buen Comienzo viene atendiendo alrededor de 75.000 niños en todas las comunas y corregimientos, de los cuales 15.000 tienen algún riesgo por desnutrición o una desnutrición ya instaurada.”
En el marco de este proyecto, se proyecta que 17.024 beneficiarios reciban complementación alimentaria durante fines de semana y vacaciones.
Por su parte, Metrosalud ha canalizado el 94 % de los casos de bajo peso hacia programas de atención integral, y el Hospital Infantil Concejo de Medellín implementó la Ruta Pediátrica, estrategia que incluye consulta externa en nutrición y psicología, atención de enfermedades infantiles, vacunación y acompañamiento multidisciplinario. La inversión proyectada para esta iniciativa ronda los $10.000 millones entre 2025 y 2026.
Con estos resultados, Medellín avanza en la reducción de la desnutrición infantil y en la garantía del derecho a la alimentación y la salud, evidenciando que la articulación de esfuerzos técnicos, comunitarios y sociales puede traducirse en avances sostenibles en el desarrollo infantil.