Crisis en salud del magisterio: ¿Por qué falla este sistema y cómo podría rediseñarse con éxito?
Ante la coyuntura actual del sistema de salud de los maestros, Caracol Radio consultó a un experto para profundizar en el tema.
A pocos días del vencimiento de todos los contratos de la Fiduprevisora y el Fomag con los distintos operadores a nivel nacional, más de 800.000 maestros y beneficiarios en Colombia enfrentan gran incertidumbre.
La Fundación Santa Fe y otros operadores dejarán de prestar servicios desde el 31 de julio, sin que hasta ahora existan nuevos acuerdos firmados.
Todos los contratos actuales fueron gestionados por la Fiduprevisora, entidad encargada de administrar los recursos del fondo y de contratar directamente con las IPS.
Aunque el Fomag asegura que no habrá interrupciones gracias a medidas de contingencia como el ‘Pago Global Prospectivo’, persisten dudas sobre la disposición de las IPS a seguir vinculadas, debido a retrasos en pagos y falta de claridad en el nuevo modelo.
El magisterio teme una nueva crisis en la atención médica. En este contexto, Paul Rodríguez, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario y experto en economía de la salud, habló con Caracol Radio para profundizar en el tema.
¿Cuáles son los principales problemas del Sistema de salud de los maestros?
Rodríguez explicó que la falta de información detallada y pública en el sistema de salud de los maestros impide hacer seguimiento y ajustes presupuestales adecuados, como sí ocurre en las EPS.
“El problema fundamental del sistema de salud de los maestros es que no hay una claridad ni trazabilidad en los usos. Si uno lo compara con el sistema de las EPS, en este último hay un registro de cada transacción que ocurre: cada medicamento, procedimiento, quién lo hizo, a quién se le hizo, bajo qué contrato, a qué persona, etcétera”, agregó.
Además, afirmó que el gasto por docente es mucho más alto que en el régimen contributivo, pero sin claridad suficiente para comparar. También señaló además que el modelo anterior permitía a los operadores regionales manejar recursos con autonomía y sin responsabilidad financiera clara, lo cual no garantizaba eficiencia ni vigilancia.
Según Rodríguez, la reforma del Gobierno con la Fiduprevisora como único pagador intentó corregir esos problemas, pero se implementó de manera apresurada, sin revisión suficiente, y terminó generando mayores costos y desorganización en la atención.
“Si la información estuviera de forma más transparente, sería más fácil organizar el sistema”, dijo.
¿Cómo podría rediseñarse este modelo de salud para garantizar la atención eficaz y oportuna?
Rodríguez planteó que la solución de fondo es permitir que el sistema de salud de los maestros funcione como el de las EPS, con posibilidad de elección, de tal manera que los docentes puedan determinar si quieren estar o no en el modelo de salud del magisterio.
También propuso que aunque exista un sistema exclusivo para docentes, ellos puedan cambiarse si no están conformes, como ocurre en el régimen contributivo. Esto generaría competencia y presión por calidad.
Según Rodríguez, el sistema actual da demasiado poder a la Fiduprevisora y limita la capacidad de los maestros para exigir mejoras. Añadió que el régimen especial solo tendría sentido por coberturas adicionales o condiciones rurales específicas, pero no justifica una estructura completamente distinta al sistema general.
“En la mayoría de la población urbana, no hay razón para que el modelo sea muy diferente del resto, más allá de los beneficios extra que puedan tener, como copagos o condiciones negociadas con el Gobierno”, añadió.
¿Cuáles son los principales riesgos para la continuidad y calidad de la atención médica cuando se operan sistemas de salud como el del magisterio?
Rodríguez explicó que el problema no es que la red no sea propia, sino la falta de claridad y estabilidad en la forma en que se contratan los servicios.
Del mismo modo, señaló que la integración vertical, donde una entidad es dueña de toda la red, puede ser financieramente eficiente pero muy costosa y con pocos incentivos para mejorar la calidad, ya que los usuarios están atrapados.
Para Rodríguez, en el sistema del magisterio, los contratos temporales y la incertidumbre dificultan establecer relaciones duraderas y de calidad.
Por ende, propuso que la Fiduprevisora actúe como una EPS convencional, contratando servicios de forma competitiva y estable, lo que permitiría mejorar la atención sin elevar los costos de manera innecesaria.
“Lo que importa, sobre todo, es la confianza en estos contratos, su recurrencia y las condiciones para que eventualmente sean renovados. Ese es el punto central. No es necesario que los maestros tengan sus propios hospitales, sino más bien que la Fiduprevisora participe dentro del negocio estándar que ocurre en el sector salud”, concluyó.