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¿Acero inoxidable, cerámica o hierro? Estas son las ollas más sanas para cocinar, según expertos

Estos elementos son relevantes paras aspectos como la salud, el sabor y la calidad de los alimentos, entre otras cosas.

Truco para eliminar las quemaduras de las sartenes. Foto de referencia: Getty Images, / Kovtunenko Sergey

Para empezar, vale la pena resaltar que el material de las ollas que decida adquirir, influye directamente en la seguridad, eficiencia y sabor de los alimentos, principalmente, por sus propiedades térmicas y químicas.

Cabe destacar que la metalurgia analiza cómo los metales transfieren calor, reaccionan con los alimentos y liberan partículas, lo que puede afectar la salud a largo plazo.

Según un estudio del Departamento de Ciencia de los Materiales y Metalurgia, de la Universidad de Cambridge, la elección del metal determina la conductividad térmica y la resistencia a la corrosión, factores importantes para una cocción uniforme y segura.

Desde otra perspectiva, la cerámica, estudiada por la Universidad de Kyoto en su ‘Department of Fine Art Ceramics Course’, ofrece una superficie inerte que no reacciona con los alimentos, lo cual ha sido valorado desde la antigüedad por su capacidad de conservar el sabor original.

Por otra parte, hay que decir que distintas culturas han elegido materiales según su disponibilidad y conocimiento empírico sobre su comportamiento. Esto evolucionó en técnicas sofisticadas de fundición y esmaltado; la importancia del material va más allá de su durabilidad: define la interacción físico-química con el alimento.

¿Acero inoxidable, cerámica o hierro?

En primer lugar, el acero inoxidable, compuesto por hierro, cromo y níquel, es valorado por su resistencia a la oxidación y baja migración de metales si está bien fabricado. Según la ‘Stanford University School of Engineering’, la calidad del acero garantiza una baja reactividad, reduciendo el riesgo de transferencia de elementos tóxicos a los alimentos.

En segundo lugar, la cerámica presenta una superficie no metálica y no reactiva, que si está libre de metales pesados en su esmaltado, es una de las opciones más estables para cocinar, al no liberar sustancias al calentarse.

En tercer lugar, el hierro, aunque tradicional y excelente conductor, puede transferir residuos del material al alimento, lo cual puede ser perjudicial según el estado de salud del consumidor.

En ese orden de ideas, la cerámica sin metales pesados es la más inerte y una de las mejores opciones. Sin embargo, el acero inoxidable es una buena opción versátil si es de alta calidad.

¿Qué es importante saber sobre estos materiales?

La resistencia del acero inoxidable puede verse comprometida si se limpia con productos abrasivos, lo que facilita la lixiviación de metales, según una investigación del ‘Department of Materials Science’ del MIT.

Para el caso de la cerámica, estudios de la Universidad de Murcia advierten que algunos esmaltes artesanales aún contienen plomo, lo cual representa un riesgo oculto.

Finalmente, en cuanto al hierro, el ‘College of Human Ecology’ de la Universidad de Cornell señaló que cocinar con él aumenta la biodisponibilidad del hierro hemo, pero también puede modificar el sabor de alimentos ácidos como el tomate.