Autopsia de Maradona reveló que “estuvo en agonía” antes de morir

En el marco del juicio que se lleva a cabo en Buenos Aires, sobre las condiciones de la muerte de Diego Maradona en el 2020, se realizó una autopsia que revela que el exfutbolista “estuvo en agonía” antes de morir y sus médicos debieron haber previsto su cuadro.

De acuerdo con Mauricio Cassinelli, perito de la autopsia, se encontraron “signos de agonía” en el corazón de Maradona, y coincidió en su criterio en dos análisis del cuerpo: el primero en la casa donde murió Maradona en la ciudad de Tigre y en la autopsia que se hizo pocas horas después en San Isidro, donde se realiza el juicio.

Cassinelli señaló que la agonía podría haber comenzado “por lo menos 12 horas” antes de la muerte del ídolo, que la autopsia fijó entre las 09H00 y las 12H00 locales del 25 de noviembre de 2020.

Su estado de salud estaba en deterioro

Maradona venía acumulando agua en sus pulmones desde hacía “al menos 10 días” antes de su fallecimiento a causa de una insuficiencia cardíaca y una cirrosis hepática, según Cassinelli.

De esta forma, advirtió que el personal médico que atendía a Maradona debieron haber advertido los síntomas que presentaba el deportista, antes de su muerte.

El corazón “pesaba casi el doble de lo que pesa uno normal para una persona adulta”, apuntó el médico. En la autopsia tampoco se detectó “ni alcohol ni tóxicos” en el cuerpo.

También testificó Federico Corasaniti, otro de los médicos que participó de la autopsia, quien coincidió con Cassinelli y afirmó que “hubo agonía” y que su cuadro pudo haberse tratado si lo alertaban a tiempo.

Corasaniti aseguró que bastaba con “apoyarle un dedo en las piernas, palparle la panza, agarrar el estetoscopio y auscultarle los pulmones, ver la coloración de los labios”, señaló Corasaniti, quien aseguró que el cuadro no fue “ni súbito ni imprevisto” y que era fácilmente detectable.

Este juicio, que comenzó el 11 de marzo, se prolongará por lo menos hasta julio y se espera que declaren decenas de testigos. Los acusados defienden su inocencia y arriesgan entre 8 y 25 años de prisión.

La próxima audiencia será el martes y la fiscalía aún no adelantó quiénes serán los testigos.