El papa Francisco pide paz mundial y destaca la piedad popular en visita a Córcega
Durante su participación en un congreso sobre religiosidad popular, destacó el valor de las tradiciones religiosas como medio de unión cultural, pero advirtió sobre el riesgo de su instrumentalización con fines divisivos
Colombia
El papa Francisco realizó este domingo una visita histórica a la isla de Córcega, donde pidió paz para las regiones afectadas por conflictos como Tierra Santa, Ucrania y Rusia, y destacó la importancia de la “piedad popular” como un puente entre fe y cultura, advirtiendo sobre los riesgos de su instrumentalización.
Un llamado a la paz mundial
Desde la Catedral de María de la Asunción, en Ajaccio, el papa elevó una súplica especial por las regiones que circundan el Mediterráneo, mencionando a Palestina, Israel, Líbano, Siria y Oriente Medio. También extendió su oración al pueblo ucraniano y ruso, señalando que “la guerra es siempre una derrota”.
Francisco aprovechó su visita para enfatizar la necesidad de la paz global: “Que la Santa Madre de Dios obtenga la anhelada paz para el mundo entero”.
El valor de la piedad popular y sus riesgos
Durante su participación en el congreso La religiosidad popular en el Mediterráneo, el pontífice resaltó que la piedad popular, con sus gestos y tradiciones, “revela la presencia de Dios en la carne viva de la historia”. Sin embargo, advirtió sobre el riesgo de que estas prácticas sean utilizadas con fines excluyentes:
“Existe el peligro de que la piedad popular sea instrumentalizada por grupos que pretenden fortalecer su propia identidad de manera polémica, alimentando particularismos y antagonismos”.
Para el papa, las tradiciones religiosas deben ser un medio para “unir corazones y amalgamar comunidades”, influyendo positivamente en la sociedad y en las relaciones entre las instituciones civiles y la Iglesia.
Promoción de una “sana laicidad”
En un país como Francia, donde la laicidad del Estado es un principio clave, Francisco abogó por una relación respetuosa entre lo religioso y lo civil. Citando a Benedicto XVI, afirmó que “una sana laicidad significa liberar la religión del peso de la política y enriquecer la política con las aportaciones de la religión”.
El papa subrayó la importancia de un diálogo abierto, sin prejuicios ni confrontaciones, para construir una colaboración fructífera entre las autoridades eclesiásticas y civiles.
Una jornada histórica
La visita de Francisco incluyó el rezo del ángelus en la Catedral de María de la Asunción y una misa al aire libre en la Place d’Austerlitz, donde se congregaron miles de fieles. Antes de regresar al Vaticano, el pontífice se reunió en el aeropuerto con el presidente Emmanuel Macron, quien acudió únicamente para este encuentro.
Esta es la primera vez que un papa visita Córcega, una isla con una rica tradición católica marcada por las cofradías y el culto a la Virgen, que el pontífice calificó como “un ejemplo virtuoso en Europa”.