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¿Duerme abrazando una almohada?: Esto refleja de su personalidad, según psicología

Le contamos sobre las interpretaciones, desde un enfoque psicológico, que existen alrededor de abrazar una almohada mientras duerme.

Mujer durmiendo y abrazando almohada (Getty Images). / ngothyeaun

Seguramente, alguna vez le han dicho que habla dormido, que se mueve mucho o que hace acciones como caminar o abrazar las almohadas. En estos casos o similares, debe saber que los comportamientos que ocurren mientras duerme, pueden tener un significado porque reflejan procesos mentales que no están completamente bajo el control consciente.

Es importante considerar que durante el sueño, especialmente en la fase REM, el cerebro sigue activo, procesa información, consolida recuerdos, resuelve problemas y regula las emociones.

Desde el psicoanálisis, se propone que los sueños son una manifestación de deseos inconscientes reprimidos, una forma de ‘viaje’ del inconsciente que revela pensamientos o emociones no resueltas.

Cabe destacar, que desde un enfoque más contemporáneo, se considera que los sueños y otros comportamientos del sueño pueden ser el resultado de nuestras preocupaciones, conflictos internos, deseos no expresados o traumas.

En el caso de los movimientos y comportamientos involuntarios durante el sueño, como el sonambulismo o los trastornos de sueño, se puede asociar con desequilibrios emocionales, estrés, o incluso con la manera en que el cerebro procesa las experiencias vividas.

¿Cómo se puede interpretar que una persona abrace la almohada mientras duerme?

Según la psicología, abrazar la almohada se puede asociar a la necesidad de seguridad y confort. Es una manera de buscar calor y protección que se asocia con los abrazos; puede denotar una necesidad de sentirse seguro y protegido.

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Además, puede indicar un deseo de conexión con otros seres humanos, pueden ser conexiones afectivas, emocionales, familiares o de amistad. Al abrazar la almohada, la persona busca recrear esa sensación de compañía que a veces falta en su vida.

Estas personas que abrazan sus almohadas, tienden a ser más afectuosas, cariñosas, cercanas, solidarias, empáticas, valoran las relaciones interpersonales, buscan sentirse queridas y apreciadas.

Asimismo, existen momentos en los que abrazar la almohada puede ser una forma de transitar entre la vigilia y el sueño, proporcionando una sensación de calma, paz, comodidad y relajación.

Por último, pero no menos importante, hay que aclarar que estas son interpretaciones generales y que cada persona es única, por lo que no se puede asegurar que son verdades universales o que se deban considerar para todos o la mayoría de los casos. Otros factores que pueden influir en este comportamiento son la situación personal, la edad y las experiencias vividas.

Otro tipo de interpretaciones

  • La almohada se posiciona como un objeto de consuelo que proporciona la sensación de seguridad y comodidad.
  • El contacto físico con la almohada puede estimular la liberación de oxitocina, relacionada con la sensación de bienestar y felicidad.
  • Abrazar este objeto puede estar relacionado con nuestro apego emocional y la necesidad de sentirnos protegidos, cuidados y queridos.
  • Puede ser una forma de lidiar con la ansiedad, el estrés o la sensación de soledad, ya que el contacto físico puede actuar como un mecanismo para alcanzar la calma.
  • Abrazar la almohada puede ayudar a conciliar el sueño o mejorar la calidad del descanso. También puede recordar momentos de afecto y proporcionar una posición cómoda para dormir.