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El municipio que es considerado el “el pueblo fantasma de Colombia”: ¿por qué?

Hace casi 39 años en la madrugada, ocurrió una de las tragedias que ha dejado huella en la historia del país.

Armero, el pueblo fantasma. (Getty Images, Colprensa)

En la década de los 80, Colombia observó y sintió una de las tragedias más grandes de la historia del país. En la madrugada del 13 de noviembre de 1985 uno de los municipios más grandes del departamento de Tolima, sufrió por la erupción del Nevado del Ruiz, cobrando una cantidad de casi 23.000 vidas y llevando a la “desaparición” del pueblo. Armero, Tolima, antes llamado “San Lorenzo” fue una población de aproximadamente 50.000 personas y se encontraba situada a cuatro horas de la capital.

Luego de 69 años de inactividad del Nevado del Ruiz, este expulsó gases, ceniza y aire caliente que alertó previamente a los habitantes de Armero; sin embargo, estos no desalojaron el municipio hasta no recibir una orden oficial, pero mientras todos descansaban las señales anteriores se intensificaron y desencadenaron en el desprendimiento de una parte del glaciar, produciendo una avalancha de agua, piedras, barro y escombros que, bajaron inicialmente por el río Lagunilla y sepultando gran parte de las personas, animales y casas en solo dos horas, recibiendo el nombre de “El pueblo fantasma”.

Así ocurrió la tragedia

A inicios de 1984, la población comenzó a percibir un aumento de temperatura en el volcán; pero ya en diciembre del mismo año, las personas comenzaron a notar que los peces de la cuenca del Otún, Recio y Langunillas estaban muriendo poco a poco. Asimismo, se veían grandes cantidades de azufre y pequeñas explosiones que precedieron un incendio forestal.

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El 11 de septiembre de 1985 hubo una erupción de gases, vapor y lluvia que cayó sobre algunos municipios aledaños, esto, dos meses antes de la tragedia de Armero. Ya el 13 de noviembre a las 4:00 p.m. comenzó a caer ceniza sobre el pueblo, pasando a una llovizna sobre las 6:00 p.m. y a las 7:00 p.m. la Cruz Roja inició la planeación de la posible evacuación; sin embargo, sobre las 9:29 p.m. el volcán explotó causando el 2% del desprendimiento de la corona de hielo.

Tan pronto ocurrió esto, Ingeominas, ubicados cerca al páramo de Letras reportaron el inicio de la erupción y recomendaron comenzar la evacuación. Acto seguido, empezó la avalancha con el agua del hielo que se desprendió, ocasionando el crecimiento de los ríos cercanos que, posteriormente causarían una segunda avalancha, la cual llevó consigo lodo, rocas, árboles y todo lo que se atravesara. Hacia las 11:30 p.m., luego de haber pasado por varias zonas, sobre Armero cayeron un promedio de 350 millones de metros cúbicos de lodo y piedras que cubrieron al municipio.

Armero luego del suceso

El 94% de la población fallecieron o desaparecieron, mientras que el 6% restante se había registrado en Chinchiná; aun con esto, el humo y las cenizas se extendieron hasta 15 kilómetros que, dejaron a más de 4.400 personas afectadas. Así como los municipios de Anzotegui, Fresno, Chinchiná, Palestina, Villamaría, Falan, Casabianca, Herveo, Líbano, Murillo, Villhermosa, Ambalema, Armero, Honda, Lérida, Mariquita, Cambao, Guarinocito, Guayabal, Santuario y Santa Isabel, se vieron afectados por el lodo que recorrió 44 kilómetros.

Hoy en día, Armero, Tolima se encuentra en ruinas y de muchas casas solo quedaron al aire libre las parte superiores, así como su iglesia de la cual logra verse la cúpula. Este sitio es visitado por personas que desean conocer cómo se ve en la actualidad el pueblo, quienes afirman aún se siente un ambiente de tragedia y dolor.

Años después se construyó Armero Guayabal, ubicado a unos kilómetros más adelante del antiguo Armero, que en el año 2000 empezó a recuperar el título de “Ciudad Blanca” de Colombia, gracias a la reactivación del cultivo de algodón, también realizada en Armero, pues antes de su destrucción logró ser el mayor productor de algodón del país. Finalmente, habitantes de Armero Guayabal siguen recordando la tragedia que marcó el inicio de su historia, pero que también ha fortalecido su economía de alguna u otra forma.