Misterios y creencias

Pedir un favor o deseo al Señor de los Milagros: Oración y cómo hacerle una petición

¿Cuál es la oración al Señor de los Milagros y cómo se hace correctamente? Convento de Santo Domingo entrega algunas recomendaciones

Hombre mayor colocando sus manos sobre la biblia (Getty Images) / Señor de los Milagros (Arquidiócesis de Bogotá)

Hombre mayor colocando sus manos sobre la biblia (Getty Images) / Señor de los Milagros (Arquidiócesis de Bogotá)

El señor de los Milagros, también llamado Cristo de Pachacamilla, Cristo morado, Cristo de las maravillas, Cristo de los temblores, representa una de las demostraciones religiosas más grandes del mundo.

Como lo señala el Convento Santo Domingo de Lima, esta es una venerada imagen de Jesucristo en la tradición católica, especialmente en Perú y Colombia. Usualmente, es convocado en tiempos de aflicción y necesidad, además de ser, según el Convento, una de las oraciones más poderosas relacionadas con la salud de los creyentes y sus más cercanos.

¿Cómo hacer correctamente la oración al Señor de los Milagros?

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Para poder hacer la oración al Señor de los Milagros de manera exitosa, el Convento de Santo Domingo hace algunas recomendaciones que se las compartimos a continuación:

  • Antes de entrar en oración, es clave tomar un momento de preparación física y mental y de esta manera conseguir una auténtica conexión espiritual.
  • Para ello, se recomienda hacer ejercicios de respiración para que, de esta manera, pueda calmar la mente y centrar sus energías. “Al inhalar y exhalar de manera consciente y controlada, nos volvemos más presentes, lo que nos permite concentrarnos en nuestras peticiones y acciones de gracias de una manera más significativa”, explica el Convento.
  • Cuando se logra la tranquilidad mental y física, se puede realizar la oración. Para ello, también recomienda el Convento tener presente la frase: “Una sola palabra tuya bastará para sanarme”.

Oración para peticiones difíciles al Señor de los Milagros

Señor de los Milagros, a tu presencia, vengo a hacer mi oración.

Mi fe en ti, está presente porque tú todo lo llenas.

Estás en todas partes, para que en todas partes yo te busque.

Estás dentro de mí, para darme y conservarme el ser.

Estás delante de mí para guiarme;

estás detrás de mí para defenderme;

estás debajo de mí para sostenerme,

estas sobre mí para bendecirme;

estás a mi lado para acompañarme;

estás siempre conmigo, para inspirarme, para fortalecerme, para trabajar conmigo.

A tu presencia vengo, pues, Señor de los Milagros, a hacer mi confiada oración.

Haz que ella sea sincera, humilde y sincera.

Sencilla como la súplica del niño.

Humilde como la petición del pobre.

Sincera como la oración del pecador.

Aquí estoy, Señor de los Milagros, en tu presencia;

pobre ante el rico,

enfermo ante el médico,

débil ante el omnipotente,

pecador ante la santidad infinita.

Quiero postrarme, reverente, para adorarte.

Quiero que mis pensamientos todos sean para ti.

Que para ti sean todos mis deseos, todos mis afectos,

toda mi voluntad y todo mi entendimiento.

Que mi oración, sencilla, humilde y sincera, sea Señor, para gloria y alabanza tuya.

Te ruego atiendas mis súplicas y me concedas misericordia ante la dificultad,

ayuda en la necesidad, asistencia y solución para mis problemas: (aquí, pedir lo que desea obtener).

Señor de los Milagros, muestra tu benignidad y atiene mis ruegos y peticiones.

Amén.

Al finalizar la oración, se reza el Credo, un Padrenuestro y el Gloria. Lo ideal es repetirla por, al menos, 5 días seguidos.

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