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La historia detrás del comercio de las plantas medicinales

Conozca la historia de uno de los naturistas más antiguos de la ciudad

Vendedor de plantas a las afueras del Hospital Universitario Erasmo Meoz.

Cúcuta

Don Julio Gómez es un hombre de sesenta años que ha dedicado parte de su vida al negocio de las plantas. Él tiene un pequeño puesto denominado el Tairona y sus plantas. Se trata de una carretilla en la que expone una variedad de flores, raíces y toca clase de elementos naturales y medicinales.

Explica que con esto se gana la vida y les ha permitido a muchas personas curarse de algunas enfermedades sin la dependencia de pastillas o medicamentos.

Recalca que “tenemos casi todas las plantas. Tengo mucha caléndula, ruda, cola de caballo, hay huesito y pasiflora que regularmente cuestan entre tres mil o cuatro mil pesos”.

Destacó que ya tiene varios años en esta tarea e incluso “yo puedo leer un récipe médico o la formula y con eso le puedo recomendar plantas medicinales para las dolencias, puedo dar con las plantas adecuadas para tratar la enfermedad”.

Algunas plantas vienen de Pamplona, de Juan Frío, de el área rural de Cúcuta, detalló que “yo tengo proveedores que llegan hasta el puesto, me queda el trabajo de arreglarlas, clasificarlas y lavarlas”.

Una de las plantas que más se encuentra en su negocio es la caléndula que sirve “para desinflamar y es por esto por lo que lo buscan mucho las mujeres que acabaron de dar a luz, sirve también para las heridas”, el abátala o el anamú también está en la lista de los más buscados.

Concluyó que a veces hay tratamientos que pueden tomar varias semanas y que esto a su vez permite que algunas personas no dependan de las pastillas y que utilicen como método principal las plantas.