Internacional

Sheinbaum y Gálvez concentran primer debate presidencial en fuertes acusaciones

Las candidatas a la presidencia mexicana dejaron de lado las propuestas y metas de gobierno para dedicarse a señalar a su contrincante de corrupción.

La candidata presidencial del oficialismo mexicano Claudia Sheinbaum(i) el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Maynez (c) y la candidata del frente opositor Fuerza y Corazón por México Xóchitl Gálvez(d) durante el debate de los aspirantes presidenciales, en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE). 
(Foto: EFE/Instituto Nacional Electoral )

La candidata presidencial del oficialismo mexicano Claudia Sheinbaum(i) el candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Maynez (c) y la candidata del frente opositor Fuerza y Corazón por México Xóchitl Gálvez(d) durante el debate de los aspirantes presidenciales, en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE). (Foto: EFE/Instituto Nacional Electoral ) / INE (EFE)

Los candidatos a la presidencia de México sostuvieron este domingo su primer debate, en el que las acusaciones mutuas dejaron en segundo plano las propuestas de gobierno.

“Mentirosa”, “corrupta” o “mujer fría y sin corazón” fueron algunos de los calificativos que intercambiaron la aspirante del oficialismo de izquierda y favorita, Claudia Sheinbaum, y su rival de centroderecha Xóchitl Gálvez en el primero de tres cara a cara obligatorios antes de las elecciones del 2 de junio.

También intervino el centroizquierdista Jorge Álvarez Máynez, quien criticó por igual a sus contrincantes y se presentó como una opción independiente del gobierno y los partidos tradicionales. “No solo hay dos visiones de país”, dijo el político de 38 años.

Aunque el careo fue antecedido por la ruptura de relaciones entre México y Ecuador, tras el asalto a la embajada mexicana en Quito para capturar al exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, únicamente Sheinbaum aprovechó su tiempo para “felicitar la valentía” del cuerpo diplomático.

No obstante, Gálvez y Álvarez Máynez habían rechazado de antemano la incursión policial del pasado viernes, horas después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador concediera asilo político a Glas.

“Nadie ganó, al final estaba aburrido, fue decepcionante, no hubo un solo momento emotivo. El aburrido no es el formato, sino los candidatos”, opinó Roy Campos, de la encuestadora Consulta Mitofsky, durante una mesa de análisis en un canal local.

Ecuador sobrevuela en la previa

En el bando oficialista, el representante del PT Gerardo Fernández Noroña y el líder de la bancada morenista en el Senado, Ricardo Monreal, más allá de apoyar a Sheinbaum, mencionaron la crisis diplomática entre México y Ecuador.

Esta se produjo tras la entrada de fuerzas armadas ecuatorianas en la embajada mexicana en Quito para detener al exvicepresidente del país Jorge Glas, que pidió asilo a México.

“Es parte de la conjura de las derechas que está buscando golpear, descalificar o desestabilizar al Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador”, opinó Noroña.

Así, Monreal catalogó de “estadista” al mandatario y cargó contra sus opositores, quienes, no se “solidarizan con el país” por su “odio e irracionalidad”.

Acoso y compostura

La deliberación giró en torno a salud, educación, corrupción y violencia de género, pero en reiteradas ocasiones los participantes dedicaron más tiempo a atacar a sus adversarios o responder a esas andanadas, que a profundizar en sus planteamientos.

Aquí “se van a presentar dos proyectos: regresar al pasado de la corrupción y el que significa avanzar con la transformación”, afirmó Sheinbaum, física de 61 años, refiriéndose a los partidos PRI y PAN que avalan a Gálvez.

“Claudia Sheinbaum te viene a ofrecer que sigan los abrazos a los delincuentes, que siga la violencia; yo te ofrezco que construyamos un México donde pongamos fin a la violencia, pero sobre todo que le apostemos a la salud y la educación”, respondió la senadora de 61 años dirigiéndose al electorado.

Gálvez aludía a la política de seguridad de López Obrador -cuyo eslogan es “abrazos, no balazos”- que no ha logrado frenar la violencia del crimen organizado. El país acumula unos 450.000 homicidios y más 100.000 desaparecidos desde que se declaró una guerra abierta al narco en 2006.

La violencia también sacude la actual campaña electoral, con unos 15 candidatos asesinados desde octubre pasado, según el gobierno, aunque la consultora Integralia contabiliza 23.

“Xóchitl era la obligada porque Claudia lleva ventaja”. Gálvez “acosó y le sacó todo lo que pudo porque su estrategia era acosarla buscando una reacción, pero Claudia no perdió la compostura”, apuntó Roy Campos.

De ahí en adelante, el contrapunteo subió de tono con acusaciones de “negligencia criminal” contra Sheinbaum, quien cuenta con 59% de la intención de voto según un consolidado de encuestas de la firma Oraculus. Gálvez, con 35% de apoyo según esa medición, fue señalada a su vez de prácticas corruptas para enriquecerse.

Aunque no estaba en la agenda, la migración irregular a Estados Unidos a través de México se coló en las discusiones con una coincidencia entre los candidatos sobre la necesidad de un enfoque humanitario.

¿Irreversible?

La derechista enrostró a su rival la muerte de 19 niños y siete adultos en un colegio de Ciudad de México durante el terremoto de 2017, cuando ésta gobernaba una alcaldía capitalina y supuestamente se abstuvo de clausurarlo pese a que supuestamente había motivos para ello.

También sacó a relucir la muerte de 26 personas al derrumbarse una línea elevada del metro de la capital en mayo de 2021, cuando Sheinbaum era jefa de gobierno.

“Es deleznable lucrar con el dolor de las personas”, reprochó por su parte Sheinbaum, quien acusó a Gálvez, empresaria de la industria tecnológica, de haber mentido en su declaración patrimonial ante el Congreso en 2018 y de haber amasado riqueza mediante contratos irregulares con el Estado.

“Ser empresaria no es delito (...), no tengo nada de que avergonzarme”, zanjó Gálvez, quien llamó a Sheinbaum “dama de hielo” y la criticó por presumir la popularidad de López Obrador sin tener siquiera su “carisma”.

Campos considera que “los debates son la única oportunidad para Gálvez de tratar de que Sheinbaum caiga en un error, ponga una cara, una palabra mal ubicada”, según comentó a la AFP.

Pero ve complicado que estos intercambios puedan revertir la ventaja de la dirigente oficialista. “Es muy difícil para un ciudadano decir ‘ah, entonces voy a cambiar mi voto’”, dijo.

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