“No hay garantías para los derechos humanos”: Juan Manuel Torres, sociólogo del Cauca
El sociólogo caucano Juan Manuel Torres analizó en Caracol Radio la compleja situación que se vive en el departamento. Expuso los actores y razones detrás de la escalada de violencia.
No hay garantías para los derechos humanos: Juan Manuel Torres, sociólogo del Cauca
Durante las últimas semanas, la situación de orden público en el departamento del Cauca ha estado bajo el ojo del país.
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Masacres sucesivas y hechos como el asesinato de Elmer Abonía Rodríguez, alcalde del municipio de Guachené, encendieron las alarmas de las autoridades y las organizaciones de la sociedad civil.
El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, aseguró que una de las causas del conflicto en la zona norte del Cauca es el manejo de los cultivos ilícitos por parte de grupos al margen de la ley.
Los cultivos de coca y marihuana con fines ilícitos, así como el control territorial, serían parte de la génesis de la escalada violenta en la región.
Juan Manuel Torres, coordinador de la Fundación Paz y Reconciliación para el Pacífico, explicó en 10AM Hoy por Hoy que “la situación es realmente preocupante, no hay garantías para los derechos humanos”.
Durante su comunicación, el sociólogo explicó que la compleja situación de orden público que experimenta el departamento del Cauca no es asunto reciente, pues viene creciendo en los últimos años.
Incremento de homicidios
En los últimos 7 días se han presentado 16 homicidios en el departamento del Cauca. Los hechos violentos acabaron con la vida de tres líderes sociales, entre ellos una autoridad indígena y un maestro.
“Hubo una ola en estos últimos días, que se encendió en distintas zonas y se concentró en el norte”, comentó Torres.
Sin embargo, dejó claro que es un error totalizar sobre la situación de orden público en todo el departamento del Cauca, pues la mayoría de los hechos violentos se han concentrado en la zona norte.
Esto, dado que las dinámicas son distintas en cada territorio y hay también presencia de distintas estructuras criminales.
En algunos casos, como el de Gauchené, hay presencia del Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las FARC, que libra una disputa territorial con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
En otros sitios más cercanos al sur del Valle del Cauca, como el municipio de Puerto Tejada, hay incidencia de estructuras como las pandillas, cuya fuerza se ha incrementado en los últimos años.
Sobre los crímenes de los últimos días, el sociólogo explicó que son “asesinatos selectivos que se vienen presentado”.
Además, “ocurrió una masacre muy delicada en un pueblo a pocos minutos de Santander de Quilichao”, antes del acto en el que perdió la vida el alcalde de Guachené.
Explicó además que en ese municipio la razón de la mayoría de conflictos son la tierra y los asuntos interétnicos, sumados al “fenómeno de las pandillas, que viene acosando a Puerto Tejada hace mucho tiempo”.
“Vienen aumentando las victimizaciones en los últimos cinco años. A duras penas lo que se ha logrado es contener y no hay respuesta en cuando a quién comete estos actos”, dijo Torres.
Las acciones de los grupos armados se dan en el marco de las negociaciones de paz del Gobierno Nacional y con distintos grupos armados. El ELN y el EMC “violan los ceses y los acuerdos que hay sobre la mesa”, agregó.
“El Cauca es el departamento en el que más líderes sociales han sido asesinados en este período de posacuerdo con las FARC”, expresó.
El fenómeno de las pandillas
Durante su comunicación con 10AM Hoy por Hoy, el sociólogo caucano explicó que el fenómeno de las pandillas tiene una incidencia especial en Puerto Tejada, pero se ha expendido por los municipios del valle geográfico del río Cauca.
“Lo de Puerto Tejada se empieza a parecer más a lo de Cali. Tiene un problema de pandillas de muchos años”, explicó.
Solo hasta antes de la pandemia por Covid-19, que llegó a Colombia iniciando el 2020, la Fundación Paz y Reconciliación hizo un registro de veinte pandillas en ese municipio. “Las pandillas están desbordadas desde hace mucho tiempo”.
Sus integrantes se dedican a actos delictivos como el hurto, razón por la que las personas evitan usar sus carreteras para transitar entre el Cauca y el Valle del Cauca, pues representa inseguridad.
La razón de este fenómeno, según Torres, es que en Puerto Tejada “hay rezagos del paramilitarismo, microtráfico y tránsito de drogas y armas. Pero ellos se disputan el territorio”.
Pese a que la mayoría de las acciones de las pandillas están dirigidas allí en contra de la Policía, su presencia no es clara ni para la población: “la gente en Puerto Tejada no entiende qué es lo que se pelean”.
Ante ese difícil panorama de orden público, en el que cada zona del Cauca tiene dinámicas distintas de la violencia y la presencia de diferentes grupos armados, Torres explicó que solo se puede esperar la acción efectiva del Estado, lo que, al parecer, no ha sucedido.
“Hay que afianzar la confianza entre las comunidades y la fuerza pública. El Gobierno ya lleva año y medio, me parece que en el Cauca se deben concretar muchas cosas y ya están en mora”, concluyó.