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Terremotos de hoy podrían ser réplicas de sismos del siglo XIX, según un estudio

Las regiones cercanas a los epicentros de dichos movimientos todavía son sísmicamente activas hoy en día, por lo que el escenario podría darse sin problema alguno

Imagen de referencia de un sismo. Foto: Getty Images

Casi dos siglos después de algunos de los terremotos más fuertes registrados en la historia de Estados Unidos, es posible que aun se estén experimentando réplicas de esos eventos, según un estudio.

Así las cosas, cuando ocurre un movimiento telúrico, pequeñas réplicas pueden continuar sacudiendo el área en cuestión durante días o años después de que ocurrió el terremoto original. Estas disminuyen con el tiempo y son parte del proceso de reajuste de la falla después del primero. Si bien las réplicas son de menor magnitud, aún pueden dañar la infraestructura e impedir la recuperación total de la zona.

¿Qué encontraron en el estudio?

“Algunos científicos suponen que la sismicidad contemporánea en partes de América del Norte estable son réplicas, y otros científicos piensan que se trata principalmente de sismicidad de fondo”, afirmó Yuxuan Chen, geocientífico de la Universidad de Wuhan y autor principal del estudio, publicado en el Journal of Geophysical Research: Solid Earth.

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Por esta razón, las regiones cercanas a los epicentros de estos terremotos históricos todavía son sísmicamente activas hoy en día, por lo que es posible que algunos terremotos modernos sean réplicas duraderas de terremotos pasados. Sin embargo, también podrían ser presagios que preceden a terremotos más grandes o sismicidad de fondo, que es la cantidad normal de actividad para una región determinada.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), no existe una manera de distinguir entre sismos previos y sismicidad de fondo hasta que se produzca un terremoto más grande, pero los científicos aún pueden discernir réplicas. Por lo tanto, identificar la causa de los terremotos modernos es importante para comprender el riesgo de desastres futuros de estas regiones, incluso si la actividad sísmica actual está causando poco o ningún daño.

Más sobre el estudio

El equipo investigador se centró en tres terremotos históricos que se estima oscilan entre 6,5 y 8,0 de magnitud: un terremoto cerca del sureste de Quebec, Canadá, en 1663; un trío de terremotos cerca de la frontera entre Missouri y Kentucky entre 1811 y 1812; y un terremoto de Charleston, Carolina del Sur, en 1886. Los mencionados se convirtieron en los más grandes en la historia reciente de América del Norte y los que más réplicas han provocado.

Así pues, con el fin de determinar si algunos de los terremotos actuales son réplicas de larga duración, el equipo primero necesitaba determinar en qué terremotos modernos centrar sus esfuerzos. Las réplicas se agrupan alrededor del epicentro del original, por lo que incluyeron movimientos dentro de un radio de 250 kilómetros de los epicentros históricos con magnitud mayor o igual a 2,5.

La importancia de la estadística

El equipo aplicó un enfoque estadístico llamado ‘Método del vecino’, más cercano a los datos de terremotos del Servicio Geológico de Estados Unidos.

La entidad afirmó que las réplicas ocurren cerca del epicentro del terremoto original y antes de que se reanude el nivel de sismicidad de fondo. Por lo tanto, los científicos pueden utilizar la sismicidad de fondo de una región y la ubicación de un terremoto para vincular un terremoto con un sismo principal.

“Se usa el tiempo, la distancia y la magnitud de los pares de eventos, y se intenta encontrar el vínculo entre dos eventos; esa es la idea. Si la distancia entre un par de terremotos es menor de lo esperado por los eventos de fondo, entonces es probable que un terremoto sea la réplica del otro”, dijo Chen.

Hallazgos

Al observar la distribución espacial, el estudio encontró que la secuencia de réplicas de 1663 cerca del sureste de Quebec, Canadá, ha terminado y la sismicidad moderna en el área no está relacionada con el antiguo terremoto. Sin embargo, es posible que los otros dos acontecimientos históricos sigan provocando réplicas siglos después.

Cerca de la frontera entre Missouri y Kentucky, los investigadores encontraron que alrededor del 30% de todos los terremotos ocurridos entre 1980 y 2016 fueron probablemente réplicas de los grandes terremotos que azotaron el área entre 1811 y 1812. Y en Charleston, Carolina del Sur, el equipo encontró que alrededor del 16% de los terremotos modernos probablemente fueron réplicas del terremoto de 1886.