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Inicia la esterilización de hipopótamos en la Hacienda Nápoles, propiedad de Pablo Escobar

Desde hace varios años las autoridades y la comunidad de Doradal (Antioquia) han discutido cómo actuar ante la reproducción acelerada de estos animales que se convirtieron en un problema ambiental.

Hipopótamo de la Hacienda Nápoles, Doradal (Antioquia). Foto: Colprensa

La Hacienda Nápoles, ubicada en el municipio de Doradal (Antioquia), es un sitio que goza de bastante reconocimiento entre turistas nacionales y extranjeros.

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Pero no tanto por sus características o virtudes, sino por haber sido propiedad de Pablo Escobar, cabeza del Cartel de Medellín.

En este sitio lo excéntrico salta a la vista desde la entrada, coronada con una avioneta en su marco de cemento, hasta los animales que trajo hasta allí el narcotraficante desde distintos sitios el mundo. Entre esos los hipopótamos, que fuera de su hábitat se convirtieron en un problema ambiental.

Por esta razón, las autoridades esterilizarán la próxima semana a uno de los hipopótamos que viven en el país después de haber sido traídos por Escobar. Los animales amenazan a pobladores y al ecosistema.

Con 40 esterilizaciones al año iniciará el plan de manejo trazado para controlar a esta población, que estará apalancada en otras acciones como el traslado y la eutanasia ética.

Así lo confirmó la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, quien indicó que en lo que resta de año 2023 la proyección es esterilizar a veinte hipopótamos, para pasar a esterilizar cuarenta al año a partir de 2024.

El plan de manejo pensado para esta especie invasora se proyectó a veinte años, aunque Muhamad espera que se pueda reducir este tiempo a la mitad.

Cada esterilización cuesta cuarenta millones de pesos (más de 9.800 dólares) y es una operación “compleja y costosa”.

Puede durar entre seis y siete horas (si es hembra, según los expertos, es más complicada) y tiene riesgo tanto para los animales, por la anestesia o complicaciones veterinarias, como para los expertos que llevan a cabo el proceso, explicó Muhamad en una rueda de prensa.

Un problema histórico

Colombia enfrenta el problema de los hipopótamos desde hace treinta años, cuando el narcotraficante Pablo Escobar los introdujo en el país como parte de su “zoológico” privado.

Con la muerte de Escobar, en 1993, los animales escaparon y encontraron en la región del Magdalena Medio un hábitat perfecto, con toda la comida que necesitan, un buen clima y sin enemigos naturales. Se expandieron y reprodujeron más allá de los límites de la Hacienda Nápoles.

Pero se han ido expandiendo y son “animales territoriales, con altísima agresividad y un vector de enfermedades” para la fauna local. Actualmente, la población de hipopótamos es de 169 que viven en un área de influencia de unas 48.000 hectáreas.

Junto con la Corporación Autónoma Regional de las Cuencas de los Ríos Negro y Nare (Cornare), el Ministerio de Ambiente esterilizará al primer individuo la semana próxima.

“Pero no será suficiente, no podemos controlar la población solamente con la esterilización”, alertó Muhamad.

Por eso también se hará el traslado y la “eutanasia ética”. “Ninguna de las tres es efectiva por sí sola”, pero es importante que se adelanten de forma simultánea, explicó la ministra.

Buscamos controlar la expansión de la población y que se mantengan en núcleos cerrados para que, con el tiempo, cuando dejen de reproducirse, se extingan por sí solos en el país”, comentó.

Sobre todo porque “estamos en una carrera contra el tiempo en términos de impactos ambientales y ecosistémicos”, agregó.

También tienen impacto en las comunidades que conviven con ellos. En abril de 2023, un hipopótamo murió después de que chocara contra un vehículo cuando transitaba por una autopista. El hecho dejó dos personas heridas.