“Es bueno estar en casa”: el astronauta Frank Rubio regresó luego de un año en el espacio

Luego de 371 días en el espacio, el estadounidense de origen salvadoreño, Frank Rubio, por fin tuvo su anhelado regreso a la tierra. Rubio se convirtió en el astronauta de la NASA en acumular más días continuos en el espacio y el primero de origen hispano en conseguirlo.

Frank Rubio logró su histórico descenso a bordo de la nave Soyuz MS-23. El científico aterrizó en la cápsula de descenso rusa procedente de la Estación Espacial Internacional (EEI) a las 11:17 GMT en territorio de Kazajistán.

Cuando Rubio, de 47 años, emergió de la nave, junto a los cosmonautas Serguéi Prokópiev y Dmitri Petelin, se le vio sonriente, según reportan los medios internacionales, levantando el pulgar, mientras afirmaba: “es bueno estar en casa”.

Los dos récords de Frank Rubio en el espacio

Rubio, además de ser el primer astronauta de origen salvadoreño en viajar al espacio, es también el décimo segundo latino en hacerlo. Cuatro diferentes tripulaciones y dos récords transcurrieron durante su estancia en la Estación Espacial Internacional.

Los dos récords que consiguió Frank Rubio implicaron, primero, convertirse en el astronauta de la NASA con más días continuos en el espacio, tras haber superado el pasado 11 de septiembre a Mark Vande Hei, quien estuvo 355 días seguidos en la EEI.

En su primera misión a bordo de la plataforma espacial, Rubio es el primer astronauta de origen latino en lograr una marca tan extensa de jornadas en el espacio, puesto que, aunque nació en Los Ángeles, su familia, incluyendo a su madre Myrna Argueta, residen en El Salvador.

“Probablemente lo hubiera rechazado”

El astronauta hispano reconoció que, de haber sabido durante el entrenamiento, que la misión implicaría estar más de un año en la EEI, “probablemente hubiera rechazado” la oferta, puesto que, según expresó, esto implico perderse importantes momentos junto a su familia.

En ese sentido, agradeció el apoyo a su esposa, Deborah, y a sus cuatro hijos adolescentes, afirmando que su “resiliencia y fortaleza” le ayudaron a superar esta misión, para la que estuvo preparándose durante cinco años.

Cabe anotar que los records conseguidos por Rubio no se dieron porque su misión iba a durar más de un año, sino porque estuvo varado durante más de seis meses en la plataforma. La misión terminó abarcando 253,3 millones de kilómetros y 5.963 vueltas a la Tierra.

El pasado 19 de septiembre, en sus últimas declaraciones desde el espacio, aseguró: “es un gran honor representar a los hispanos. El mensaje para la juventud es que adelante con el trabajo, el estudio, que cualquier cosa se puede. Es fundamental que nuestra comunidad siga adelante y siga mejorando nuestro país. Creo que los latinos van a ser una gran parte de América en el futuro”.

Las dificultades del descenso

Frank Rubio fue lanzado el 21 de septiembre de 2022 a bordo de la Soyuz MS-22 y estaba programado para regresar en marzo de 2023. Sin embargo, una avería en el sistema de refrigeración del casco exterior de la nave, debido al impacto de un micrometeoroide, no permitió el cumplimiento de este cronograma.

El daño hizo demasiado arriesgado el regreso de Rubio, Prokópiev y Petelin a bordo de la nave rusa, que regresó el pasado 28 de marzo sin tripulación al cosmódromo ruso de Baikonur.

La agencia espacial Roscosmos envió el 24 de febrero a la EEI una nave de reemplazo sin tripulantes, la Soyuz MS-23, para así recoger al astronauta de la NASA y a sus compañeros rusos a la tierra.

Fue difícil para Rubio enterarse cuando “se hizo real” la decisión de que tendría que permanecer un año en la plataforma orbital internacional.

Fue mentalmente más agotador de lo que pensaba el astronauta, la permanencia prolongada en la EEI, frente a lo cual el más importante apoyo fue tener un excelente equipo alrededor, teniendo la oportunidad de mantenerse ocupado, teniendo, a la vez, tiempo para relajarse y —lo más importante—, permanecer en contacto con sus seres queridos en casa.

Frank Rubio estará entre dos a seis meses recuperándose plenamente de su histórica misión, según confirmó él mismo. El astronauta espera llegar a su casa en California, ver a sus seres queridos y “disfrutar de los árboles y del silencio” en su jardín, para así recuperarse del constante sonido de máquinas de la EEI.