Líder cocalero a Gobierno: “Hoy estamos viviendo en la pobreza y la miseria”
Iván Narváez, líder campesino, se mostró preocupado por la grave situación económica y humanitaria que atraviesan los campesinos cultivadores de coca
En 10AM Hoy por Hoy de Caracol Radio habló Iván Narváez, líder campesino y vocero de las organizaciones cocaleras del Putumayo y del Movimiento Campesino, sobre la crisis que están atravesando los cultivadores de coca. Según Narváez, la situación actual de los campesinos está rodeada de problemas de seguridad, violaciones a los derechos humanos y falta de inversión.
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De acuerdo con Narváez, a pesar de que los campesinos cocaleros aún siguen defendiendo las políticas de Gustavo Petro, “la realidad es que hoy estamos viviendo en la pobreza y la miseria”, relató. Añadió que el panorama actual es mucho más devastador que cuando las fumigaciones y la prohibición eran una realidad en sus territorios, y que aún hoy las políticas de erradicación continúan, a pesar de que no son tan fulminantes para la comunidad cocalera.
Narváez explica que “lo que los campesinos producen hoy para mantener su economía no es plátano y yuca sino que es la hoja de coca, la cual hoy no tiene ningún valor”. Esta disminución del precio que ha golpeado fuertemente a los cultivadores lleva aproximadamente 6 meses, según el líder campesino.
Agregó que en los municipios de Puerto Leguízamo, Puerto Guzmán, Jardines de Sucumbio y Piamontes, el comercio está totalmente golpeado. Según Narváez, esto se debe a que la economía está totalmente basada en la hoja de coca. “Eso ha repercutido en las poblaciones que históricamente hemos estado en el abandono estatal”, aseveró.
El líder campesino también asegura que la crisis humanitaria no solo se debe a la disminución de precios que está atravesando el mercado de la hoja de coca. “El problema es que la compra es muy baja, es mínima”, comentó. También añadió que la cantidad de hoja de coca ha disminuido en la venta y compra de la misma.
Con respecto a las causas de este fenómeno, Narváez afirma que puede deberse a una mala coordinación del Gobierno Nacional con el campesinado cocalero. “Hoy no podemos pagar los platos rotos por un problema de intervención de otras drogas sintéticas, y de la lucha contra el narcotráfico”, agregó.
A Narváez le preocupa puntualmente que la actual crisis desemboque en un problema mayor de seguridad, puesto que según el líder campesino, “en los territorios hay carencia de empleo y oportunidades laborales, porque el gobierno no ha formulado una alternativa sostenible todavía al cultivo de coca”.
También reveló que muchos de los cultivos están guardados por la falta de compra, y que esto desencadena en la ausencia de dinero para insumos destinados a continuar con el cultivo. Adicionalmente, controvirtió las narrativas que se manejan históricamente por parte del Estado: “Nosotros no somos campesinos narco cocaleros, somos campesinos que producimos la tierra”, aclaró.
Narváez no cree que la ausencia de grupos armados contribuya a la disminución de la compra de la coca, sino que su causa puede estar más relacionada con los problemas sociales y económicos que atraviesan estas regiones. “Eso no va a cambiar porque los cultivos de coca desaparezcan”, explicó. También aclaró que los grupos armados siguen teniendo una fuerte presencia en Putumayo.
Ciclos del mercado de coca
Por su parte, Daniel Rico, director de C-Análisis, empresa especializada en criminología aplicada, opina que “no hay síntomas todavía de que se vaya a restablecer la compra de la base de coca”. Aseguró que Colombia todavía sigue siendo un país muy importante en la economía de la coca en la región a pesar del aumento de los cultivos en otros países de Latinoamérica. “Los ciclos del narcotráfico son procesos muy largos, es decir, quien compra la base de coca para producir cocaína y posteriormente venderla se puede demorar aproximadamente dos años”, explicó.
Agregó que en países como Perú se está observando la misma dinámica de la disminución de la compra de pasta base de coca. “El mercado generó una demanda. Los precios de la pasta de coca subieron drásticamente después del proceso de paz y eso incentivó el cultivo”, relató. Rico argumentó que el panorama actual responde a ese incremento en la oferta de la coca.