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¿Cómo resolver la tensión entre productividad y bienestar laboral?

Panelistas analizaron recientes fenómenos como el desgaste laboral, la gran renuncia y la paranoia de la productividad, así como las soluciones en reducción de jornada laboral y semanas de trabajo de solo cuatro días.

Imagen de referencia via Getty Images.

Imagen de referencia via Getty Images. / RicardoImagen

En Hora20 hablamos de una situación en la que hemos estado todos en el mundo laboral: la productividad y el crecimiento económico enfrentado a la necesidad del bienestar, del tiempo libre y del sencillamente nos ser productivo. Se analizaron las medidas en términos de política que buscan abrirle un espacio al bienestar, pero también de los fenómenos como el “burnout”, la paranoia de la productividad, la cultura del trabajo y la necesidad de la contemplación.

La tensión entre la productividad y el tiempo libre o de descanso ha vuelto a aparecer tras el fin de la pandemia y una serie de políticas que buscan mejores condiciones de bienestar para los trabajadores. Al cierre del 2022 The Economist planteaba que una palabra para tener en el vocabulario en el 2023 sería la “paranoia de la productividad”, esa tensión entre el seguir produciendo para generar mayores ingresos y el tiempo libre. La OMS dijo que el 2023 sería el año de la pandemia del “burnout” o “desgaste laboral”, un fenómeno que en regiones como América Latina llegaría a afectar al 70% de la población trabajadora. Además de los problemas en salud mental y eficiencia, estos fenómenos cuestan, pues se estima que el desgaste laboral habría afectado a la economía global en $322 mil millones de dólares.

Un estudio en 2022 reveló que por cada dólar que se invierte en salud mental, el retorno es de $4,5 dólares. La importancia del bienestar es de tal tamaño que en Estados Unidos entre 2020 y 2022 cerca de 50 millones de personas se han retirado de sus trabajos en medio de la “gran renuncia”; un lujo que no nos podemos dar en todas las latitudes del planeta. Sin embargo, hay otras tenencias como las leyes de desconexión laboral, las de proteger del estrés al empleado en México o las de reducción de la jornada laboral por horas como ocurriría en Colombia a mediados de este año al ir reduciendo las 48 actuales a 42 en un par de años. Sin embargo, esto nos significaría mayor productividad, pues mientras una hora de trabajo en México representa ingresos de $22 dólares al PIB, en países como Irlanda es de $110.

Otro fenómeno es al jornada laboral de cuatro días. Un reciente piloto en Reino Unido en el que participaron 3 mil empleados de 61 empresas durante seis meses dejó resultados “exitoso”, pues el 92% de las compañías se quedarán en la jornada de cuatro días y el 71% de los trabajadores se sintió menos agotado.

Lo que dicen los panelistas

Norma Jimeno, filósofa, columnista y consultora, señaló que, en medio de la utopía del disfrute se desconoce que el trabajo es una dimensión fundamental de la condición humana, “en esto de que la gente tenga buen auge, también hay un alejamiento de algo que es fundamental que sea trabajar”. Además, señaló que el trabajo es el espacio en el que hay reconocimiento como seres humanos, “este mundo se produce por el trabajo. Esa utopía de que yo no quiero trabajar, hay una distorsión allí”.

Aseguró que en medio de la productividad la incidencia de la tecnología tiene que ver con el agotamiento de las personas y que el ocio siempre será la posibilidad de contemplar, de hacer cosas diferentes de dedicarse a lo nuevo a lo espontáneo.

Para Ricardo Ávila, analista senior en el diario El Tiempo, consultor y periodista, hay un espacio para el trabajo y otro para el disfrute en una sociedad que fue pionera en recortar la longitud del horario de trabajo, “trabajar más horas no lo hace necesariamente a uno más productivo, creo que los colombianos en general trabajamos muchas horas, pero obviamente cuando vemos los rankings de productividad aparecemos muy abajo”.

Sobre los retos que tiene la legislación laboral ante los cambios señalados, aseguró que se necesita adaptación a las nuevas realidades del trabajo como lo puede ser el pago por hora. Incluso, se preguntó si propuestas como la de reforma laboral que ha presentado el gobierno laboral puede llevar a mayor informalidad al intentar aumentar la formalidad, “para una gran cantidad de empresas los costos no les dan sino para seguir trabajando, incumpliendo la regulación”.

Juan Carlos Flórez, historiador y exconcejal de Bogotá, manifestó que la obsesión por el crecimiento es muy nueva ante la idea del trabajo que tiene tiempos y disciplina, “hace unos años casi que se ensalzaba a los adictos al trabajo y hoy se está dando la sublevación de las jóvenes generaciones contra el trabajo”, en ese sentido, afirma que hay un giro en el mundo, pues mientras en Occidente las nuevas generaciones son más sublevadas contra la disciplina, el núcleo del capitalismo se ha movido hacia Oriente.

Recalcó que las personas no estarían tentadas por el bienestar, “el bienestar implica el material y del espíritu. El inmenso peligro hoy es que la gente quiere abandonar sus deberes, responsabilidades y disciplinas”.

Ángel Custodio Cabrera, exministro del Trabajo y excongresista, advirtió que vamos hacia un mundo donde se visualizan todos los fenómenos y se presentan reformas laborales que buscan evidenciar lo que está ocurriendo y que incluyen reducción en las jornadas de trabajo. Frente al panorama en Colombia, aseguró que en el país se cuenta con 21.4 millones de personas haciendo algo, 10.8 son los formalizados los que cotizan en el sistema pila, “es decir, hay 58% de informalidad, cualquier reforma laboral que se pretenda, tiene que buscar el mecanismo de como incluir la informalidad en el trabajo laboral formal”.

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