Desarrollo urbanístico en Pereira genera disminución en cultivos de café
Pereira y Dosquebradas son los municipios más afectados con la reducción de hectáreas cultivadas.
Pereira
En Risaralda se cuenta actualmente con un promedio de 44 mil hectáreas cultivadas con palos de café, sin embargo, hoy en día la tierra sembrada es menor en el área metropolitana y se está manteniendo a flote en los demás municipios del departamento, y permanece como el primer renglón de la economía agropecuaria de la región.
A excepción de Pereira y Dosquebradas, la economía de los municipios sigue moviéndose entorno a la caficultura, lo que se constituye en una de las principales fuente de empleo, además de ser la base de la economía territorial, situación que, aunque señala Jorge Humberto Echeverry, director ejecutivo del Comité Cafeteros Risaralda, no es crítica, si se debe tener presente el esfuerzo para el mantenimiento de las tierras cultivadas a lo largo y ancho del departamento.
“Son hectáreas que se han venido fortaleciendo en algumos municipios; sin embargo, en Pereira y Dosquebradas se ha presentado una disminución, principalmente la capital de Risaralda. Es una ciudad que ha bajado estruendosamente el área de café pero es un tema explicable desde el punto de vista del desarrollo que ha tenido el territorio y la vocación de zonas que en otrora eras cafeteras y hoy se han convertido en centros poblados”, explicó Echeverry.
La caficultura se ha transformado y en Risaralda no se presentan grandes productores, actualmente son alrededor de 19.500 las familias que viven de la producción del grano, por lo que este será un año donde la renovación de cultivos, la estabilidad del precio y el mantenimiento de los caficultores en los territorios, se hará esencial para seguir siendo una región cafetera, pues la competencia con otros departamentos se hace cada vez más fuerte.
“Hoy cualquier municipio del departamento si no tiene café, la situación en la localidad se pone difícil, la economía cafetera es la que mueve los negocios, la que mueve los establecimientos en los municipios y seguira siendo así por muchos años porque la vocación de esas tierras es cafetera. Es importante agregar que el promedio está en tres hectáreas por unidad productiva, lo que significa que este es un departamento de pequeños productores, actualmente grandes ya no tenemos”, puntualizó el director ejecutivo del Comité.
La caficultura colombiana seguirá siendo ejemplo a nivel mundial, sin embargo, es imperante que se ejecuten los apoyos desde la Federación Nacional de Cafeteros, el Gobierno Nacional y las administraciones departamentales y municipales, pues el sector ha tenido que superar en los últimos años, las dificultades que ha generado el exceso de lluvias, el incremento en el costo de insumos para el mantenimiento de cultivos, el alza del dólar que, aunque no afectaba la venta tipo exportación, si dejó secuelas en el proceso de ventas a futuro que aún se están cancelando.