¿Por qué el miedo puede resultar placentero y hacernos sentir bien?
La ciencia explica por qué nos gusta sentir miedo algunas veces
El miedo podría ser entendido como una alerta que nos avisa de una posible amenaza a nuestro bienestar físico y mental. Este sentimiento que nos supone un estado de riesgo, en realidad no bebería ser para nada agradable.
Sin embargo, pese al malestar que nos genera el miedo, algunas personas afirman que luego de terminar estos episodios se puede experimentar una sensación de alivio que incluso puede llegar a ser placentera. Ejemplo de ello es cuando en el cine se trasmite una película de terror que hace que las personas se sobresalten por las escenas de suspenso oscuras, sangrientas o diabólicas. Pero a pesar de esto, las personas continúan asistiendo a las salas de cine para ver lo último de este género, pues es que una vez terminan las tomas de miedo las personas se tranquilizan al saber que solo se trata de una fantasía, así que pueden disfrutarlo.
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Claro está que existen otros casos fuertes de miedo, conocidos como emociones de tono hedónico negativo, que no se relacionan propiamente a una actividad recreativa, y que incluso pueden llegar a ser perjudiciales para la salud de las personas, por lo que el daño es tal que ocasiona algunos traumas.
Sin embargo, para los casos menos graves asociados a las emociones de tono hedónico positivo, y en los que las personas terminan viviendo el miedo satisfactoriamente y contándolo como anécdota, los científicos han querido indagar como es que esta sensación se trasforma en algo divertido.
No obstante, los científicos afirman que el miedo al ser un sistema de alerta debe estar regulado por un proceso oponente, es decir, el alivio y la diversión. Este llega una vez la fuente de temor se disipa, pero de no hacerse la persona no solo estaría enfrentada al miedo sino que también al pánico de una amenaza real.
Pero para que lleguen las emociones positivas el miedo no debe exceder ciertos límites, ya que de lo contrario sería un episodio negativo.