La charca de Guarinocito: una lucha entre el turismo y la pesca
Este lugar es uno de los brazos del Río Magdalena y es cuna de pecadores que con el paso del tiempo ven deteriorada esta actividad.
En los últimos años las dinámicas económicas de la charca Guarinocito se han ido orientando poco a poco hacia el turismo. Esto se debe a que desde hace unos años se han incorporado planes turísticos para los forasteros, tales como actividades de senderismo, avistamiento de aves, camping y recorridos guiados que son ofrecidos por los canoeros que han sido los principales beneficiarios de la llegada de visitantes al lugar.
Sin embargo, la tradición en esa zona de La Dorada siempre ha sido la pesca, la cual muchos pescadores prefieren preservar en vez de alternarla dada la guía turística en canoa. Este es el caso de Luis Roa, quien pesca en Guarinocito desde hace 55 años.
Luis ve en su trabajo una labor que le genera tranquilidad y pocas preocupaciones, algo que podría cambiar un poco si decidiera recibir turistas en su canoa. El pescador relata que salen a pescar a cualquier hora porque nunca tiene un horario fijo, pero suele pasar que existan días en los que después de navegar por cinco horas, vuelvan con tan pocos pescados que el resultado final no compensa el tiempo trabajado.
Pese a que Roa manifiesta que su trabajo le trae paz, enfrentó momentos críticos durante la cuarentena del 2020 pues no tenía permitido salir de casa: “en esos tiempos no podíamos ir a pescar y así fuéramos, no había quién comprara los pescados. Me tocó pasarla así con lo que Dios quisiera ayudarme”.
Transcurridos los meses y debido a que se retiraron las restricciones de movilidad, Luis Roa volvió a recuperarse de las pérdidas ocasionadas; no obstante, espera que las cosas mejoren y que pueda continuar viviendo únicamente del arte de la pesca.