Ceiber Ávila y su historia de superación tras ser desplazado
El boxeador antioqueño sueña con una medalla olímpica luego de vivir varias dificultades en su niñez
Ceiber Ávila nació en San Pedro de Urabá y a los 5 años llegó al corregimiento Currulao que pertenece al municipio de Turbo. Fue un momento difícil porque en San Pedro su familia vivía bien, sembrando varios alimentos, pero los constantes enfrentamientos entre la guerrilla y el ejército los obligó a trasladarse.
En Currulao también vivió otro tipo de violencia con asesinatos selectivos a diario. Ceiber era un buen futbolista y junto con sus hermanos les tocaba trabajar para ayudar en la casa. Josué, su hermano mayor, fue el primero en interesarse por el boxeo.
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Marcial Urbina era el entrenador de boxeo y un día necesitaba un joven que compitiera con uno de sus pupilos. Ceiber se puso los guantes y le dio tal paliza a su contrincante que terminó llorando. A pesar del talento innato a sus padres no les gustaba mucho la idea del boxeo.
Al final accedieron y poco a poco fueron llegando los éxitos a nivel local y luego en plano internacional. Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 fueron un sueño y una pesadilla. En segunda ronda eliminó a Elias Emigdio y luego perdió con el ruso Misha Aloian.
Ceiber se sintió robado, más cuando se confirmó que el ruso dio positivo por doping. La tristeza fue tanta que hasta pensó en dejar el deporte. Sin embargo, en su tierra lo recibieron como un héroe y esa vez lloró de alegría y no de dolor. Ahora Ceiber Ávila quiere superar los octavos de final en Tokio 2020 e ir por una medalla.