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Durante más de un siglo Colombia fue potencia en producción de vacunas

De acuerdo con la historia, se llegó a exportar inyecciones a alrededor de 20 países.

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En la historia de la salud pública. El inicio de la producción de vacunas en Colombia, se enlaza con las campañas de inmunización. En 1803, cuando la viruela estaba matando a las poblaciones en América Latina, el rey Carlos IV emprendió la que se podría denominar como la primera acción de alcance global, luego de que el científico Edward Jenner descubriera la vacuna en contra de esta infección, insumo que se mantenía activo, al ser inyectado en niños que no tuvieran el virus, debido a que no existían las cadenas de frío.

"El pus se pasaba de hombro a hombro en los niños, y así se mantenía vivo. Propósito que se expandió en 1803, cuando desde el puerto de la Coruña, España, salió un barco con 23 niños huérfanos, los cuales, en el camino, pasaron el inmunizante a otros menores. Expedición en la que viajó el médico Josef Salvani, inoculando el virus vacuno a través de los menores de edad, atravesando Colombia en 1804 y creando los primeros puestos de vacunación, en cada municipio", explicó Carlos Daguer, periodista, autor de varios libros sobre la historia de la salud pública.

Años después y luego de superar una serie de dificultades, en 1897 el veterinario Jorge Lleras Parra, creó el Parque de Vacunación, en el cual se producían las vacunas obtenidas de terneras, entre ellas la de la Viruela. Sitio que más adelante se convirtió en una dependencia del Laboratorio de Higiene Samper Martínez, que es actualmente el Instituto Nacional de Salud.

Fase avanzada de producción de vacunas en Colombia

En 1917 con el nacimiento del Laboratorio de Higiene Samper Martínez, el país inició una etapa diversa de producción de vacunas, tras obtener el virus de la Rabia en el Departamento de Salud en Nueva York, el cual, fue probado por primera vez en un obrero que había sido mordido por un perro. Posteriormente Colombia desarrolló vacunas contra el Tifo y veterinarias.

Con el apoyo de la Fundación Rockefeller, se creó la Sección de Estudios Especiales, que después se llamó Instituto Carlos Finlay, el cual participó en los ensayos clínicos de la vacuna contra la Fiebre Amarilla, llevando a que Colombia se convirtiera en el tercer país del mundo en fabricar esta inyección, después de Brasil y Estados Unidos.

En 1979, según cuenta Daguer, basado en el informe de gestión del Instituto Nacional de Salud. Colombia alcanzó a producir: 3,3 millones de dosis de vacuna contra la Fiebre Amarilla; 841. 800 antirrábica canina; 320. 348 Antirrábica Humana; 102. 537 contra el Tétano y la Difteria; Tifo; 2,5 millones de dosis Antituberculosa y 741. 063 antiofídicos, inmunizantes que eran exportados a unos 20 países de Centro -Sur América, al Caribe y a Liberia en África.

"Sin embargo, a finales del siglo XX, debido a la crisis económica y el hecho de que los laboratorios del Instituto Nacional de Salud se habían quedado obsoletos, incluso su entonces director, Jorge Boshell Samper, decía que hasta cucarachas se podían encontrara allí. Las autoridades sanitarias los clausuraron, pues el Invima dijo que no cumplían con las Buenas Prácticas de manufactura", afirma Carlos Daguer.

Finalmente, la Organización Panamericana de la Salud, centralizó esta producción en otros países con más capacidades. Fue así como la última vacuna que produjo Colombia fue la de la Fiebre Amarilla, de la cual se tenía la cepa original, en el año 2002.

Precisamente frente a la perdida de este potencial, María Elena Bottazzi, microbióloga y química, experta en vacunología tropical, dijo a Caracol Radio que, el problema es que no se invierte, no sólo en la producción y fabricación de vacunas, sino que se ha dejado de un lado el aporte económico para la ciencia y la tecnología, además de la capacitación al personal.

"Es una combinación de fallas que hemos tenido en estos países. Por un lado, se asume que nunca nos va a ocurrir nada y que, si llega a pasar, es mejor esperar a que alguien nos rescate. Espero que sea una lesión aprendida, para que se inicien a hacer inversiones a largo plazo en la salud preventiva" concluyó la experta.

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