Los desafíos que enfrenta la Cumbre de las Américas
Según nuestros panelistas hace falta integrarse, así como un cambio de tono en el direccionamiento de la relación entre EE. UU. y la región.
En Hora20 se analizó la Cumbre de las Américas que esta vez se desarrolla en Los Ángeles, California. Considerando los invitados que estuvieron ausentes durante el encuentro, los retos y la necesidad de consensos a futuro para construir una agenda de integración regional, al igual que el rol de los Estados Unidos en América Latina, el terreno que ha perdido en los últimos años y el estado de la democracia en el continente.
El arranque de la novena Cumbre de las Américas, que se extenderá hasta el 10 de junio, inició con un panorama muy distinto al de la Alianza del Área de Libre Comercio (ALCA) que se daba en 1994 bajo el liderazgo de Bill Clinton en Miami.
Incluso, el panorama dista al de la última Cumbre en 2018 en Lima. Ya que hoy, el continente concentra sus esfuerzos en salir de una crisis económica derivada de los efectos de la pandemia.
La Cepal estima que la pobreza será del 33% en el 2022, mientras que la inflación ya llegó al 8,1%. Sin embargo, el mayor reto parece ser la integración regional; a la Cumbre, por ejemplo, no asistieron ocho presidentes: Venezuela, Cuba y Nicaragua no fueron invitados; AMLO en México designó a su canciller para que asistiera, alegando que se debe cambiar la política al dejar la exclusión, postura a la cual se sumaron Honduras y Bolivia; mientras Guatemala no asistió por motivos relacionados con las relaciones con EE. UU. y Lacalle Pou de Uruguay deberá estar en confinamiento tras dar positivo para COVID-19.
Y, como si fuera poco, en distintos momentos peligró la asistencia de Bolsonaro, Fernández y Boric.
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Con este clima, repleto de tensiones políticas y de polarización con el que inicio la Cumbre, se intensifica el sentimiento de inestabilidad en la región y la falta de un consenso sobre la definición de democracia.
Con un panorama político cambiante, en el que varias naciones dan el giro hacia la izquierda y existen nuevas presiones por una caravana de 15 mil migrantes que se dirigen desde México a la frontera con Estados Unidos.
Un tema sobre el cual Washington espera firmar una especie de pacto para enfrentar el drama migratorio en la región, que, tras la pandemia, fue testigo de un aumento acelerado en el número de personas que intentan llegar al norte a toda costa.
Sumado a las tensiones democráticas, los problemas de la región y la aparente reducción del protagonismo de los Estados Unidos en el “patio trasero”, se crean escenarios como el que AMLO decidió plantear en México: proponerle a Biden, durante su encuentro en julio, en la Casa Blanca, una especie de Unión Europea en el continente americano en el que se configure la integración regional.
Lo que dicen los panelistas
Michael Shifter, expresidente de Diálogo Interamericano y profesor en la Universidad de Georgetown, señaló que actualmente se espera una mayor cooperación e integración en la región, pero que, ante la crisis de mecanismos e instituciones hemisféricas, se vuelve complejo avanzar en este frente. Según él, no es realista impulsar un proyecto como la Unión Europea en la región, ya que “eso implica gran compromiso para trabajar juntos”.
Por lo tanto, destacó que, ante una cumbre con bajas expectativas, Biden tiene el reto de superarlas y avanzar en una agenda que esté concentrada en asuntos de salud, migración y recuperación económica.
Sandra Borda, politóloga, columnista, profesora e investigadora en la Universidad de los Andes, insistió en que, a pesar de las dificultades para el inicio de la Cumbre, esta tiene un papel decisivo e importante para el hemisferio, ya que su agenda sobre temas como la democracia, la migración y los derechos humanos, es sustantiva y voluminosa.
Para ella, la discusión ante la ausencia de varios países es un sinsentido si se compara con las preocupaciones reales de la gente como la pobreza o las desigualdades, y manifestó que las próximas elecciones en varios países de la región serán decisivas, “si tomamos el rumbo de la acción colectiva o si se retoman las fórmulas que no han funcionado”.
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Para Carlos Alberto Patiño, doctor en Filosofía y profesor en la Universidad Nacional, la región tiene un déficit democrático, pero también estatal, así como problemas de narcotráfico en zonas que eran impensables como en Chile y Argentina.
Mencionó que es curioso como AMLO ahora quiera posar de líder en la región, “cuando él mismo dice que su política exterior ha sido una política interior exitosa”, por lo tanto, cree que su postura es oportunista ante una América Latina que no tiene liderazgo ni capacidad de convocatoria desde ningún presidente.
Insistió que la razón de no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua es su actitud democrática, pero al tiempo recordó que estos tres países son aliados estratégicos de Rusia, “y ante este panorama no se plantea un debate a fondo”.
Mauricio Saenz, abogado, periodista, asesor editorial en medios digitales y profesor universitario, planteó que el escenario actual en la región tiene que ver con la extrema debilidad política de Biden en su país, “las aproximaciones a Cuba y Venezuela generaron efecto negativo en oposición republicana y también en el Demócrata”.
Destacó el bajo interés por la Cumbre, en la cual tiene pocas expectativas, ya que muchos países de la región toman una actitud desafiante hacia Estados Unidos, debido a que tienen “a la vuelta de la esquina” el apoyo de China que, según él, ni hace preguntas ni tiene exigencias.
Y concluyó que “Ahora están envalentonados porque no se sienten solos en el continente, tienen respaldos fuertes que influyen y nos encontramos con que EE. UU. no ha tenido recursos políticos, logísticos y económicos para frenar las iniciativas de ese país en el continente”.