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Política

¿Es la meritocracia más mito que realidad?

Panelistas reflexionaron sobre la crisis de la meritocracia; los problemas de desigualdad, las causas en el sistema educativo y el discurso político.

¿Es la meritocracia más mito que realidad?

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La meritocracia ha sido un sistema impulsado tanto por las religiones como por los sistemas políticos de derecha y de izquierda, la idea de poder ascender socialmente, de tener "movilidad social" solo a través del esfuerzo, de la dedicación o de seguir un camino, es un planteamiento que hoy se anota reevaluado por la misma política en un "descontento populista" como lo llama Michael Sandel en su libro La tiranía del mérito, en el que sostiene la manera como la retórica del ascenso es también un "cúmulo de actitudes y de circunstancias", en el que por ejemplo, comenta que ante una desigualdad galopante se "reitera de que somos los individuos los responsables de nuestro destino", desconociendo así los múltiples factores que llevarían a alguien al éxito a través de la meritocracia.

Otra de las tesis que replantea la importancia del mérito, es cómo las nuevas generaciones, sobre todo los millennials han dejado de creer en ese "mito" como lo apunta la periodista y escritora estadounidense Anne Helen Peterson, pues afirma que el sistema ha puesto a los jóvenes en condiciones de vulnerabilidad ante la falta de robustez de las oportunidades para una clase media. Argumento que se refuerza con la que ha sido catalogada como la mejor tesis del año en Europa, la cual aseguraría que la meritocracia es una trampa en la que subir y bajar socialmente no depende del esfuerzo personal, sino si se proviene de una familia rica o pobre.

En Colombia los sistemas de ascenso y descenso a nivel social parecen estancados, con una equidad bloqueada en un sistema que parece no darle espacio a la meritocracia, pues el reciente informe publicado por el Banco Mundial este jueves reflejaría que Colombia es el último país en persistencia de ingresos a nivel intergeneracional, pues datos como: que un 10 por ciento más rico tenga 11 veces más ingreso que el 10 por ciento más pobre; o que las mujeres tengan un 1,7 posibilidades de quedar desempleadas sobre los hombres; o que un indígena en promedio reciba do años menos de escolaridad, reflejarían las inequidades, las desigualdades y que por ahora para Colombia la meritocracia parecer ser más mito que realidad

Lo que dicen los panelistas

Camilo Bonilla, politólogo, director de Posgrados y director Programas de Licenciatura en la Universidad del Rosario, explicó que la meritocracia es como el gobierno de los mejores o los que están bien capacitados y, "se puede plantear que es la forma de pensar el gobierno o la sociedad, pero no partimos todos desde el mismo punto", a lo que agregó que es un sistema que suena bien, pero que en el escenario colombiano es muy complejo de llevar a cabo.

También comentó que existe la desafortunada frase de que el pobre es pobre porque quiere. "Poder pensar en una solidaridad como sociedad es muy complicado, se pierden valores como la empatía que permiten una sociedad cohesionada", afirmó.

Para Leopoldo Fergusson, economista, director del centro de estudios de desarrollo económico de la Universidad de los Andes, no es cierto que las sociedades contemporáneas tengan una verdadera meritocracia, "pero al tiempo seguimos sus valores". Además, comentó que con una desigualdad como la que tenemos no es cierto que el fruto de esfuerzos nos lleve adelante". En cuanto a la frustración que pueden sentir algunos por no alcanzar sus metas, dijo que obedece a que algunos ven como los otros pueden tener más ventajas; "eso genera frustración para muchos y creen que el sistema no funciona".

De otro lado, planteó que a los que le va bien, lo atribuyen a su esfuerzo y no miran los factores que estaban a su favor. "La meritocracia es un mito, eso será porque condiciones ideales no se van a tener en la práctica", pero dijo que, sin abandonar la idea central del mérito, hay que construir una sociedad más justa y una perspectiva más amplia desde la educación, hasta lo que hacen líderes en materia de política pública.

Norma Jimeno, filósofa y columnista, señaló que la meritocracia es una respuesta a la justicia y para ver cómo podemos tener la misma oportunidad de avanzar y disfrutar de las libertades. "En condiciones ideales de meritocracia, una de las soluciones es inventarse un punto de partida unificado y unas reglas de juego claras, como la discriminación positiva o las cuotas en algunos cargos", pero afirmó que tiene la pequeña trampa del ascenso individual que no termina acabando con el problema.

Por último, comentó que la meritocracia cojea ante la idea de Sandel de poner de presente la necesidad de construir una comunidad en la que cada cual desarrolla intereses y objetivos plenos que le parezcan.

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