La Gorda Fabiola: “estoy lista para grabar la película Dura de matar 3”
En ‘Dos y Punto’ la comediante narró el paso a paso de su enfermedad y cómo estuvo al borde de la muerte.
36 días duró Fabiola Posada internada en la clínica Reina Sofía de la ciudad de Bogotá, producto de una desnutrición severa y anemia. La comediante pasó por ‘Dos y Punto’ para contarnos detalles sobre su hospitalización, lo que causó su descompensación y su disputa entre la vida y la muerte.
Todo comenzó el 19 de febrero, cuando en medio de su rutina para ‘Sábados Felices’, sentía que las fuerzas no le daban, a raíz de esto le pidió el favor a su esposo, Nelson Polanía ‘Polilla’, que llamara a su hija para que la llevara al hospital, pues sabía que algo no estaba bien: “cuando llego a la clínica comienza la odisea. Faltan 22 días de mi vida en los que no sé qué pasó”.
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“Yo hice de mi sobrepeso una fortaleza, pero con el pasar del tiempo mi salud se estaba poniendo en riesgo” es por eso que decide hacerse una cirugía bariátrica para mejorar su calidad de vida. Pero como toda cirugía requiere de cuidados especiales y más si se trata de un bypass gástrico, La Gorda’ debía someterse a una dieta: “Yo nunca hice caso en consumir proteína por 8 meses” aceptó también.
Un día el cuerpo de Fabiola se detuvo por completo, riñones, pulmones y corazón dejaron de funcionar, motivo por el cual decidieron inducirla en coma. Durante el estado en el que se encontraba, dice haber visto el infierno: “Allí se burlaban de mí, decían que a mi familia la iban a matar, tanto que yo deseaba morirme”, en ese momento ella despierta con la voz de los médicos, cuando abre los ojos ve a toda su familia y atrás unas siluetas que parecen de cristal. Asegura que eran dos ángeles los cuales le decían que todo iba a estar bien.
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Otro de los momentos más duros que afrontó la humorista en este feo capítulo de su vida fue cuando uno de sus pulmones se llenó de agua: “en ese momento pensaba que de esta, no me levantaba” confesó. Para drenar un litro de líquido que había en su órgano, fue necesario punzarle el pulmón sin anestesia: “yo le pedí tanto a Dios que si me iba llevar me llevara ya porque estaba sufriendo”.
El sentimiento de culpa fue uno de sus mayores castigos, durante su recuperación se trataba mal y se recriminaba por qué no había comido, tanto así que fue necesario la ayuda psiquiátrica para superar esta situación: “sentía que estaba en una pesadilla”.
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Afortunadamente Fabiola demostró una vez más ser una eterna luchadora, una mujer valiente y ante todo sigue conservado su gran sentido del humor: “lo primero que pedí cuando me desperté fue mis cosméticos”.
Ahora cree que tiene un nuevo motivo por el cual vivir y es salvar las vidas de aquellas personas que también sufren de desnutrición como sufrió ella: “Necesito tocar puertas, los medicamentos para salvar niños en estado de desnutrición son muy caros y deben traerse algunos de Estados Unidos”, comentó una mujer que jamás pierde la humildad y la fe.
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Una hermosa visita que pudieron disfrutar los oyentes y el equipo de “Dos y punto”, en la que quedó claro, que la familia, el amor y la fe son lo más importante.