¿Qué ha hecho Medellín para evitar el trabajo infantil de venezolano?
En Caracol Radio hicimos un análisis sobre la explotación laboral de niños migrantes, y las rutas de atención de las instituciones.
Antioquia
Cada vez que Toni Vitola, vicepresidente de la Colonia Venezolana en Colombia, pasa por una de las calles de Medellín y ve a los niños compatriotas trabajando, siente una doble sensación de tristeza y deseo de ayudarlos.
En Medellín viven cerca de 90 mil ciudadanos del país hermano, la tercera ciudad con mayor población migrante. Según los datos que maneja Migración Colombia, son personas entre los 18 y 35 años, la mayoría de ellos con hijos.
Cuando un venezolano arriba a Colombia se encuentra, según Vitola, con dos problemas fundamentales. El primero, su estatuto migratorio. El segundo, la falta de oportunidades de empleo. Al no estar regularizado un ciudadano de nacionalidad extranjera no puede acceder fácilmente a un trabajo formal y sumado a las pocas posibilidades de encontrar un puesto laboral, el recurso que tienen es salir al llamado rebusque.
“La irregularidad con respecto a la situación migratoria no le permite al venezolano acceder a un trabajo formal, afiliarse a la seguridad social y no le permite mejorar su calidad de vida en Colombia”, expresó el experto.
Ahora bien, en vista de que las posibilidades laborales se cierran, la situación muchas veces conlleva a que los venezolanos tengan que salir a las calles a ganarse el dinero como pueden. En la avenida Oriental, en el Bulevar de la 70, en la Calle 10 de El Poblado, es frecuente toparse con niños vendiendo dulces y confites, limpiando vidrios o a madres con niños en brazos haciendo la misma actividad.
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“Tiene que acudir a la mendicidad para poder mejorar su calidad de vida. En muchas oportunidades también son instrumentalizados los niños venezolanos que los ponen en un tema de explotación laboral, para poder recibir más dinero”, comentó Vitola.
¿Pueden los niños venezolanos estudiar en Medellín?
Por derecho internacional humanitario, todos los niños venezolanos pueden acceder a la educación en Medellín y cualquier ciudad de Antioquia y Colombia. La cifra que maneja la Secretaría de Educación de Medellín es de 26.453 niños, niñas y adolescentes matriculados en los colegios oficiales de la ciudad.
El problema que destaca Toni Vitola es que hay un desconocimiento general en la posibilidad de matricular a los niños venezolanos. A esta situación se le suma otra, la falta de dinero para sostener el estudio de los niños y niñas.
“Los menores son instrumentalizados por un tema de explotación laboral y también es un tema de desconocimiento de los padres de familia de que pueden inscribir a sus hijos. También hay casos en donde los padres no tienen los recursos económicos para los pasajes y todo lo que implica tener a un niño en el colegio”, afirmó Vitola.
Para acercar la información de las oportunidades de estudio a la comunidad venezolana, la organización Colvenz brinda asesorías para que el desconocimiento no imposibilite ese derecho imprescindible de estudio de los niños inmigrantes.
¿Qué rutas de atención existen?
En el año 2020 la Secretaría de Inclusión Social creó la campaña “No más al trabajo infantil”, la cual buscaba prevenir y contrarestar las cifras que daban cuenta de una realidad de explotación laboral en Medellín.
La dependencia afirmó que 341 niños sufrieron algún tipo de caso de explotación infantil en el 2020, de los cuales el 53 por ciento corresponde a la población venezolana. De ese total de casos 241 fueron clasificados como explotación laboral de riesgo por serias afectaciones a la salud física y mental, a la integridad o a los derechos de los niños.
La estrategia de la Alcaldía de Medellín se trató de una campaña para detectar y prevenir los casos de explotación infantil, con el fin de poder activar oportunamente una ruta de atención para restablecer los derechos.
Otra de las entidades que trabaja por reducir los índices de explotación infantil, es la Personería de Medellín. La entidad tiene una ruta institucional que se tipifica en los siguientes pasos:
“1. La identificación puede darse por cualquier miembro de la comunidad, líder, lideresa, familia e instituciones. 2. Caracterización de la situación, si se trata de la existencia de una alerta, riesgo y amenaza de reclutamiento, uso, utilización y violencia sexual de NNA. 3. Notificación, quien identifique la situación deberá informar a las autoridades competentes como: 123 Social, Línea ICBF 141, Defensor de Familia, Comisario de Familia, SATMED Medellín: Sistema de alertas tempranas a través de la página www.medellin.gov.co/satmed”.
Posterior a estos pasos viene la formalización, luego se busca una activación de redes por medio de la clasificación de prevención temprana o urgente, y posteriormente la Personería de Medellín le hace un seguimiento al caso.
La entidad del Ministerio Público expresa que en la ciudad hay cinco secretarías que pueden implementar rutas de atención según el caso de explotación infantil: Mujeres, Seguridad y Convivencia, Inclusión Social, Salud y Educación.
La Alcaldía de Medellín define ruta de atención como:
“Todo el conjunto de acciones administrativas y legales, procedimientos, actuaciones, protocolos de atención que se brindan a los ciudadanos en casos de amenaza, riesgo o vulneraciones de derechos, realizados y ejecutados por el sector público, privado y la sociedad civil”.
¿Qué alternativas hay a las rutas institucionales?
La Colonia Venezolana en Medellín se planteó la propuesta de darle herramientas útiles a los inmigrantes venezolanos, para que puedan autogestionar soluciones inmediatas a las dificultades sociales y económicas que atraviesan.
Ellos brindan asesorías para la formalización del estatuto migratorio, para el acceso a la salud, a la educación y el apoyo a los microemprendimientos.
“Hemos trabajado con la integración socioeconómica a través de la integración de proyectos que buscan fortalecer emprendimientos de población venezolana, de aquellos que trabajan en la informalidad, pero tienen ideas de negocios, capacidades y oficios, pero que han tenido barreras para materializarlos. Allí nosotros les hemos dado un empujón”, expresó Vitola.
Con los avances que ha hecho Colombia por regularizar la situación de los inmigrantes venezolanos, las problemáticas de desempleo, mendicidad y explotación laboral pueden comenzar a tener una salida paulatina. Sin embargo, la realidad de las calles de Medellín, sigue siendo otra.