Justicia

Manizales

Pensó que había conocido a su pareja de vida y descubrió a su verdugo

“El guardia pide que me lleven al Instituto Nacional de Migración y así pude escaparme y regresar a la vida”, víctima.

Imagen de archivo

Imagen de archivo / Getty Images

Caldas

Las ilusiones cambian y la realidad golpea cuando se deja de ser dueño de la vida propia, es el caso de quien llamaremos Alejandra, una mujer de Manizales que perdió su libertad en México y terminó en manos de quien pensó sería el amor de su vida.

Esta joven asegura que nada sabía sobre la trata de personas y tampoco se percató de historias o situaciones similares a la que vivió. Ella simplemente conoció a un hombre a través de redes sociales y tras varios meses de conversar e incluso empezar a hacer video llamadas, que ninguna relación tenían con temas sexuales, y que compartía con sus padres para que conocieran a quien pensó era su pareja, decidieron conocerse personalmente, pero no imaginó que eso sería el inicio de su peor pesadilla.

Para Alejandra fue un acto de respeto y cordialidad que su pareja pidiera a sus padres permiso para que ella llevara la relación e incluso para que fuera a conocerlo, eso le dio confianza haciéndola pensar que se trataba de algo formal, por lo que viajó con toda la ilusión que puede tener una persona cuando imagina que va a conocer en persona a su compañero.

“Cuando yo llegué y lo vi, compartimos como 20 minutos, media hora más o menos, ahí me quita los documentos, me dice que el dinero que él envió para mis pasajes yo misma lo tenía que pagar con trabajo y que a partir de ese momento iba a trabajar como escort (acompañante), yo quedé súper sorprendida porque ya me estaba dando cuenta de, en qué me había metido”.

El hombre que finalmente se convirtió en su victimario, la amenazaba y obligaba a que posara para unas fotos que luego fueron la imagen del catálogo que manejaba y con el que ofrecía sus servicios, además en medio de golpes la obligaba a tener relaciones sexuales con él, y aunque señala que siempre fue rebelde porque no se resignaba a ser una víctima más de este flagelo, todo eso se veía contrarrestado con agresiones físicas.

“Él a mí me quitó mi celular, todos mis documentos, entonces era muy difícil yo poder comunicarme desde algún lugar con alguien, algún amigo, algún familiar, era súper complicado porque de echo cuando yo me trasladaba a los lugares donde tenía que atender los clientes, siempre iba escoltada por alguien, podía ser por un hermano o alguien que trabajaba para esta persona, siempre con armas, entonces era muy complicado, a mí me daba miedo porque yo pensaba que de pronto los clientes también podían ser parte de eso, trabajar con él, tener algún vínculo, entonces a mí no me daba confianza pedirles su celular para llamar a mí familia. Era muy difícil”.

Para esta manizaleña no es fácil recordar esos momentos en que su cuerpo era un objeto y no realmente su templo, intentó escapar en muchas ocasiones, pero despertaba en una realidad que nunca pensó conocer y que ahora con valentía cuenta para que otras personas no la repitan.

“En un momento que me fui a atender a un cliente y la recepcionista me dice que estaba en una junta y que no me podía atender en ese momento, que esperara unos 15 minutos y bueno, yo asustada, con ganas en ese momento de muchas cosas me espero como cinco minutos en una silla de la sala de espera y me paro nuevamente y le pregunto a la recepcionista que si esa persona ya salió de la junta y me dice que todavía se tarda y ese fue el momento preciso, yo salgo del hotel y le hablo al guardia”.

Alejandra explica con algo de emoción la escena, señala que, a la entrada de ese hotel las personas llegan en sus carros y los dejan a cargo de personas asignadas para parquearlos, lo que fue finalmente su vehículo hacia la libertad.

“Yo le dije al guardia de seguridad, señor por favor ayúdeme, yo estoy siendo víctima de trata de personas, el me cogió y me tiró al carro, me llevaron al parqueadero del hotel y de ahí salen unos taxis privados del mismo hotel, entonces el guardia le pide al señor que me lleve al Instituto Nacional de Migración y así fue como pude escaparme y regresar a la vida”.

La joven asegura que es muy difícil acertar y decir que no se va a caer en la trata de personas, pero si propone ser minuciosos con la información de las personas que se conocen a través de redes sociales y en lo posible validar su veracidad.

“En realidad somos mujeres y todas somos muy propensas a este tipo de actividades y enredos de las personas mal intencionadas, pero yo creo que un buen consejo sería hacer buen uso de las redes sociales, es primordial no confiar en cualquier persona, porque te dice cantidad de cosas, no ignorar estos temas porque son cosas que son reales, que se viven a diario y que hay muchísimas mujeres que caemos a diario en este tipo de redes”.

Hoy Alejandra usa su historia, aunque difícil y dolorosa, para apoyar a otras personas, alertarlas y sobretodo, para tratar de que este delito sea más reconocido y que no les adjudiquen la culpa a las víctimas como en muchas ocasiones pasa, sino que se de apoyo porque nadie está totalmente exento de ser uno más en la larga lista de casos denunciados, escondidos o fatales.

Le puede interesar:

En Caldas plantean líneas de trabajo para evitar la Trata de Personas

"Les pido a los secuestradores que liberen a mi hijo ya", madre de caldense

Entérese de todas las noticias de Manizales y el Caldas. Síganos en Twitter como @caracolcaldas y en Instagram @caracol_manizales y sintonícenos en el dial 1180AM.

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen directo

Caracol Radio
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad