La Gorda de Botero de Medellín cumple 30 años

Medellín

La mujer más voluminosa y voluptuosa de Medellín, de grandes caderas y protuberantes senos, la más querida, la que todos nombran, está cumpliendo 30 años.

Con sus 2.48 metros de altura, 1.76 de ancho y 1.07 de profundidad y mil 250 kilos de peso, desde el 15 de septiembre de 1986 que llegó a la ciudad se convirtió en el centro de atención para los transeúntes, y el punto de referencia al acordar una cita o encuentro.

Aunque su creador el pintor y escultor antioqueño Fernando Botero la bautizó "Torso de mujer", desde ante de llegar desde Pietra Santa, Italia los medellinenses, comenzaron a llamarla por el nombre cariñoso de "La Gorda", apelativo que fue acogido por las colonias de chocoanos que allí se reunían y por los turistas nacionales y extranjeros que llegaban a conocerla atraídos por su fama.

Bajo la supervisión del mismo Maestro Fernando Botero, el 15 de septiembre de 1986 "La Gorda" se asentó en el edificio del Banco de la República al frente del Parque Berrio, y nos puso en una dimensión de cercanía con el artista y con la ciudad, ya que generó un retorno a un centro de que veníamos perdiendo, nos permitió reencontrarnos con un centro que estábamos perdiendo, como lo señala el sociólogo Diego Andrés Ríos Arango.

Durante estos 30 años "La gorda de Botero" ha sido testigo de todo lo que ha trascurrido en el centro de Medellín, amores y desamores, violencias y alegrías, risas y llantos, negocios fallidos o exitosos, de quienes esperan que llegue alguien o solo esperan que transcurra el tiempo, por eso la gente la hecho suya y la tratan con respeto y admiración.

Así lo entendió su creador el Maestro Fernando Botero, quien emocionado cuando supo que se había convertido en un punto de encuentro de la colonia chocoana, objeto de coplas, poemas, de intervenciones dijo: "Es como hacer un retrato de la Virgen que resulte milagroso".

En 1993 "La Gorda" tuvo la boda que toda novia soñaría, bajo luces rojas, azules y violetas, con cantos de ninfas, danzas, pólvora, tambores y globos con el "Macancán", un personaje de la obra "Un domingo" del grupo de títeres La Fanfarria, que tuvo como ministro al alcalde de ese entonces, Luis Alfredo Ramos Botero.

A la "Gorda de Botero" en el afecto de los paisas no la pudo desbancar ni la llegada del Metro, la gente aún quiere palparla, sentirla y es así que estos 30 años no podían pasar desapercibidos, por ello desde ayer comenzó la celebración con torta y una charla, organizada por el Banco de la República.

Pasarán muchas generaciones y este personaje continuará en su sitio, tranquila e inmutable, conquistando el corazón de todos los que pasan por su lado y que no pueden ser indiferentes ante este icono del arte, el turismo y la cultura.