Un colegio en medio de un ‘infierno’ llamado Bronx
Está ubicado en una de las zonas más peligrosas en Bogotá, un lugar donde más de 400 estudiantes dejaron de asistir y otros 67 que vivían en el Bronx son buscados por el rector.
Un colegio en medio de un ‘infierno’ llamado Bronx(Caracol Radio)
Jairo Rodríguez, rector del colegio Agustín Nieto Caballero, ubicado frente a la Plaza España de Bogotá, donde las autoridades intervinieron el Bronx, timbra desde su teléfono celular al plantel educativo minutos antes de entrar. Advierte a sus vigilantes que le permitan el ingreso con urgencia. Él- como los docentes de la institución- teme ser víctimas de los ladrones, de los 400 habitantes de la calle que habitan en ‘Cinco huecos’, una cuadra donde ‘reina’ la indigencia, el bazuco, el hampa.
Caracol Radio llegó hasta el colegio y detectó que de 1.007 estudiantes, solo han llegado 650 después de la intervención al Bronx. Es decir, casi 400 alumnos optaron por aplazar sus clases. Los padres, alarmados por la inseguridad, prefirieron dejarlos en casa.
Rodríguez- quien trabaja bajo la protección de un crucifijo en la pared de su oficina- está preocupado. De 79 alumnos que asistían al Agustín Nieto Caballero y residían en el Bronx, solo 12 han retornado a clase después del golpe de las autoridades. Es decir, de 67 jóvenes no se tienen noticias.
“No tenemos claridad en dónde están ubicados. Nos dicen que están en manos del Icbf en San Cristóbal, Kennedy y Bosa en Bogotá. Le hemos pedido al Bienestar que nos de la lista de los niños que ellos recogieron para nosotros cruzarla con nuestra base de datos y poder determinar si son los nuestros. Llamamos a sus padres, pero los teléfonos de donde ellos llamaban al colegio son de cabina…”, dice el rector.
Mientras le llegan los estudiantes, pide a gritos seguridad. Ya-a través de un emisario- le mandaron un amargo mensaje: no entrometerse en temas que no le importan. ¡Y callarse!
Sin embargo, Rodríguez, quien cambia de horarios y rutas de ingreso al colegio, no lo hará. Solo le importan los niños que desde las 6:00 a.m. hasta las 3:00 de la tarde atienden sus clases. El resto de día (al menos 79) se esparcen entre el oscuro y tenebroso ‘infierno’ del Bronx, mientras los demás van a sus casas en Usme, Suba y Simón Bolívar.
Qué olor
Las clases-conoció Caracol Radio- son sofocantes. Los más de mil estudiantes madrugan a observar el estiércol que indigentes dejan en la entrada del Agustín Nieto. “Me toca pedirle a las aseadoras que limpien antes de que lleguen los alumnos”, destaca el Rector, quien también madruga a llamar a la Policía para que levanten a los habitantes de la calle que toman las afueras de la institución como dormitorio.
El colegio está en medio de un infierno. Y lo protege altas paredes en concreto reforzadas por rejas en la parte superior. Atrás, habitan 400 habitantes de la calle que viven al acecho.
El olor a marihuana se alcanza a mezclar. Y el del excremento aún más. “Cuando hace sol el olor es fétido, insoportable”, relata Rodríguez.
Dos meses atrás, desde la calle lanzaron una bolsa con excremento y le cayó a un estudiante de primaria. El chico correteó a sus compañeros con la fétida bolsa.
La preocupación- según se rumora en el Agustín Nieto- es que los habitantes de la calle pretenden tomarse el plantel educativo. “Eso sería grave”, expresa un maestro, quien pide reserva de su identidad. Las autoridades lo saben.
Los vecinos…
Caracol Radio conoció que los indigentes que las autoridades corretearon de la Plaza España y terminaron en el vecindario del colegio, recibieron una grata y misteriosa visita el domingo y lunes festivo. Sobre ‘Cinco Huecos’ aparecieron dos lechonas y abundante comida que alcanzó para todos, además de medicamentos. ¿Quién los cortejó? Las autoridades creen que las mafias que los usan para muevan su droga por el Bronx.
La banda ‘Los sayayines’ (50 en la zona) y ‘Los Menores’ (porque reclutan jóvenes en el sector) estarían comprando casas en zonas aledañas a ‘Cinco Huecos’ para garantizar su permanencia, conoció Caracol Radio.
Armas
Algunos de los estudiantes esconden bajo sus uniformes armas blancas, como ocurre en gran cantidad de colegios públicos en el país. ¿Por qué las cargan?, les preguntan los directivos del plantel. “Para defendernos si nos atracan en la Plaza España”, responden.
Y allí, en la edificación que reclama con urgencia una intervención en infraestructura porque gran parte del techo se desplomó y la humedad pulula, se esconden grandes secretos del Bronx: los perros asesinos que trituraban con sus dientes a humanos, un túnel – aún secreto para las autoridades- que une el Bronx con la Avenida Sexta por donde se ingresa droga y dinero, los perros y ratones asados (“son bien grandes”, relata el rector) que sirven de alimento para algunos habitantes de la calle, entre otras.
El día de la entrevista con Caracol, las directivas del plantel advierten a la Policía que los chicos saldrán a las 12:30.
El Rector se despide. Advierte que la mejor salida es por el frente. Prohíbe deambular a pie por los lados, pese a la presencia permanente de la Policía.
Y hace dos peticiones más: que lo dejen trabajar. Él y sus maestros solo quieren educar y aprovechar que 69 chicos que residen en el Bronx, pese a sus condiciones de vida, quieren estudiar y asisten gustosos a clases.
Y dos, que le garanticen los $23.000 millones que les prometió la Alcaldía para restaurar la infraestructura del Agustín Nieto Caballero, testigo no solo de un infierno. También de grandes historias de superación, en medio de la dificultad.
