Pescadores del Huila denuncian desaparición de la pesca por contaminación del río
Comunidades ribereñas aseguran que la actividad pesquera prácticamente desapareció tras afectaciones ambientales causadas por las represas.
Frente al panorama del 2026, aseguran que no les queda otra opción que migrar. Foto Relacionada.
Neiva
Desde hace varios años, los pescadores del sector vienen denunciando una grave crisis ambiental que afecta directamente su sustento. Aseguran que, pese a los constantes llamados de auxilio, no han recibido respuestas efectivas por parte de las entidades del Estado ni de la multinacional encargada de la represa. La contaminación del río ha sido persistente y, según ellos, ha impedido la reproducción de las especies.
La situación ha provocado un éxodo casi total de los pescadores tradicionales. De acuerdo con los recorridos y testimonios recogidos en la zona, cerca del 95 % de las familias que vivían de la pesca abandonaron el río. Solo un 5 % permanece en el territorio, no pescando, sino resistiendo en las orillas. Muchos se han visto obligados a desempeñarse en otros oficios, al ser imposible sobrevivir de una actividad que ya no genera alimento ni ingresos.
Leonardo Piedrahita, pescador artesanal, expreso que “quienes aún permanecemos en la zona relatan condiciones extremas. Algunos aseguran haber pasado más de un mes sin consumir pescado, incluso para su propio sustento. Para sobrevivir, han recurrido a la siembra de cultivos de pancoger como yuca, plátano, maíz y otras especies básicas. La pesca, que antes garantizaba la alimentación diaria, hoy es solo un recuerdo lejano para estas comunidades.
Aunque la empresa responsable de la represa realiza talleres y siembras de alevinos, los pescadores califican estas acciones como insuficientes. Afirman que se trata de medidas que solo sirven para cumplir informes ante las autoridades ambientales, pero que no generan beneficios reales en el río. Frente al panorama del 2026, muchos aseguran que no les queda otra opción que migrar definitivamente a otros oficios y acogerse a programas gubernamentales, pues el hambre no da espera y el río ya no ofrece futuro.