Investigadores bautizaron una nueva especie de planta en honor al Nevado del Ruiz
Se trata de la Columnea cumanday, una planta endémica de intensos colores morados, descubierta en las montañas del Tolima.
Tolima
Una nueva especie de planta, perteneciente a la familia Gesneriaceae y bautizada como Columnea cumanday, fue descubierta en los bosques húmedos de la Cordillera Central por un equipo de investigadores conformado por graduados de la Universidad del Tolima, del Jardín Botánico Alejandro von Humboldt y del herbario TOLI del alma mater.
El descubrimiento se originó durante una expedición botánica realizada en abril de 2025 en los municipios de Casabianca y Villahermosa, al norte del Tolima. Allí, los investigadores registraron dos poblaciones de la planta en su hábitat natural, en bosques muy húmedos de la Cordillera Central.
El estudio fue desarrollado por Mario Sierra Ariza, licenciado en Ciencias Naturales y Educación Ambiental y asistente profesional del Jardín Botánico Alejandro von Humboldt; Nicolás Parra Lizcano, ingeniero forestal y curador de la sección de Dendrología del Herbario TOLI; y Carlos Solano, estudiante de Ingeniería Forestal de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
“Desde el primer momento, las características de esta planta llamaron nuestra atención, pues no coincidían con ninguna especie conocida del género”, explicó Sierra Ariza. Posteriormente, al revisar bases de datos y plataformas de ciencia ciudadana, el equipo encontró registros adicionales en Santa Rosa de Cabal (Risaralda), ampliando así el rango de distribución conocido para la especie.
Lo que representa
Confirmar que se trataba de una especie no descrita previamente fue, según los investigadores, una experiencia de “emoción, orgullo y responsabilidad”. “Fue un momento difícil de describir: uno siente que está aportando una pieza nueva al rompecabezas de la biodiversidad de Colombia”, añadió Sierra Ariza.
El nombre Columnea cumanday rinde homenaje al Nevado del Ruiz, conocido ancestralmente como Cumanday, palabra que en la lengua de los pueblos prehispánicos Carrapa y Quimbaya significa “Montaña Blanca”.
“Elegimos ese nombre porque conecta el conocimiento científico con la memoria ancestral que ha nombrado y protegido este paisaje mucho antes de la ciencia moderna”, señaló, por su parte, Parra Lizcano. Recuperar nombres indígenas, agregó, “es reconocer que el territorio tiene historia, voz y cultura. Integrar estos nombres en la ciencia visibiliza la identidad local y fortalece el sentido de pertenencia hacia la naturaleza”.
Sus características
La especie se distingue por sus brácteas y lóbulos del cáliz con márgenes laciniados, cada uno con una glándula verde en el ápice; además, presenta una corola púrpura con tricomas glandulares multicelulares y un fruto en baya rojo anaranjado cubierto de tricomas del mismo tono.
Crece entre los 2.500 y 2.700 metros de altitud, como epífita sobre árboles cubiertos de briófitas en remanentes de bosque muy húmedo montano bajo, caracterizados por precipitaciones entre 2.000 y 4.000 mm anuales y temperaturas promedio de 12 a 18 °C.
Como planta epífita, Columnea cumanday cumple un papel fundamental en la estructura de los bosques húmedos andinos, ofreciendo microhábitats y recursos para diversas especies de fauna. “Dentro del género Columnea es común la polinización por colibríes, y en este caso sus características florales podrían estar asociadas a ese tipo de interacción”, explicó Sierra Ariza. Además, el fruto —que el investigador describe como “agradable al gusto”— podría representar una fuente de alimento para especies silvestres, reforzando así su función ecológica.