“Yo le cargaba el maletín a Ómar Herrera”: Miguel Ángel Pedraza. Q.E.P.D

Bucaramanga

La primera oficina que tuvo Miguel Ángel Pedraza, cuando se graduó como abogado en la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, quedaba en la calle 37 entre carreras 15 y 14, cerca de San Bazar, el centro comercial donde fueron reubicados vendedores ambulantes. En una entrevista para “De Buena Fuente”, programa del canal regional de televisión, TRO, el jurista reveló que en aquella época, recién incorporado al ejercicio profesional, “le cargaba el maletín a Ómar Herrera Ariza”, una de las grandes figuras del Derecho Penal en Santander.

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Antes de que se estableciera el sistema penal acusatorio en el país, obraba otro esquema de aplicación de la justicia con jueces de instrucción criminal y audiencias con jurados de conciencia, recordaba el abogado Pedraza Jaimes. “Yo actuaba como suplente de Ómar Herrera o de Jaime Gutiérrez Rivero, lo que me abría puertas; imagínense, ellos eran los Demóstenes del Foro”, relataba con orgullo.

Dentro de ese grupo de notables juristas agregaba a Jorge González Aranda y Rodolfo Mantilla Jácome, uno de los abogados más jóvenes que llegó a la Corte Suprema de Justicia. Luego de la oficina del centro de Bucaramanga en donde había nacido en 1964, Pedraza se trasladó a un edificio del Parque de Las Palmas y más tarde a Metropolitan, uno de los edificios más exclusivos de Sotomayor.

El académico

Miguel Ángel Pedraza dictó clases en varias universidades de Bucaramanga. En la cátedra, alentó la carrera de varios jóvenes que luego trabajaron con él en su oficina. En la charla con “De Buena Fuente”, contó que con uno de ellos, John Alberto Franco mantuvo una gran amistad al punto que lo designó como padrino de su hija Tala Pedraza Arenas.

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“Decidimos separarnos cuando él asumió la defensa de políticos a los que yo criticaba en mi columna de Vanguardia”, aseguró. Del periódico fue director en 2024 hasta poco antes de su muerte ocurrida el sábado 28 de junio en la clínica Comuneros.

Dedicó parte de su ejercicio profesional a la escritura de libros especializados. Para la época de la entrevista con el canal TRO, estaba por lanzarse la reedición de una de sus obras que llevaba como título “Preclusión de la actuación penal”.

Consideraba como máximas figuras del Derecho en el país a Nodier Agudelo y Fernando Velásquez Velásquez, este último autor de un manual de derecho penal que según afirmó es texto obligado en el país. “Quién quiera hablar de procedimiento penal en Colombia ha tenido que leer una obra de Jaime Bernal Cuellar, ex procurador general y Eduardo Montealegre Lynett”, afirmaba.

Con relación a las figuras promisorias del derecho en Santander pedía que se tuviera en cuenta a Rodrigo Javier Parada Rueda. También ponderaba las calidades de Luis Francisco Casas Farfán.

El periodista

Durante 12 años mantuvo su columna en el diario bumangués. En los escritos, denunciaba casos de presunta corrupción. Aseguraba que en muchas oportunidades servían para que se abriera noticia criminal por parte de la Fiscalía. Recordó que uno ejemplo de ello, fue el caso de varios concejales de Floridablanca investigados por la elección irregular del personero.

Por invitación de Rodolfo Galvis Blanco, llegó a la dirección de Vanguardia, en donde como caso curioso, acompañó los espacios deportivos cuando el Atlético Bucaramanga participó en la Copa Libertadores de América.

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Luis Fernando Rueda, comunicador social escribió en el diario, una vez se enteró de la muerte de Miguel Ángel Pedraza que “no le temblaba el pulso para señalar cada entuerto que encontraba. Esa valentía lo llevó a ser uno de los columnistas más influyentes de la región, quizás el que más”.

El contertulio

Una de sus diversiones era promover tertulias en el Club del Comercio en donde fue presidente de la junta directiva durante varios periodos. Diana Giraldo, integrante del programa 6:00 A.M. de Caracol Radio recordó que allí tuvieron lugar frecuentes reuniones con el también abogado Manuel de Jesús Rodríguez Angarita y la periodista Jineth Prieto en lo que llamaban “la liga de la justicia".

“Gratitud eterna por su defensa ante el infame proceso que me inició la sociedad de mejoras y que ganamos gracias a él”, recordó la ex directora de Vanguardia.

“El Club del Comercio se convirtió en su oficina itinerante, y de paso, fue presidente de su junta directiva por varios periodos, buscando siempre proteger un patrimonio arquitectónico de la capital santandereana y devolverle el brillo que el paso del tiempo ha pretendido arrebatar”, escribió Luis Fernando Rueda.

“Junto con otras y otros ‘quijotes’ le dedicó el último esfuerzo, porque hasta allí fue a buscarlo la parca, con ese entusiasmo que lo caracterizaba. Sus entrañables amigos, que se reunían en largas jornadas de billar, así lo recordarán”, escribía el director de Comunicaciones de la Unab.