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¿La chía es mala para los riñones? Efectos positivos y negativos: consejos de expertos al consumirla

Le contamos lo que debe saber de esta semilla para aprovechar sus beneficios nutricionales y evitar posibles riesgos según sus necesidades de salud.

Semillas de chía (Getty Images). / R.Tsubin

La chía es una semilla originaria de Mesoamérica que es popular en los hogares colombianos por su versatilidad y perfil nutricional.

Cabe destacar que es rica en fibra, omega-3, antioxidantes, proteínas y minerales como el calcio y el magnesio, lo que se asocia con beneficios para la salud cardiovascular, la digestión y el control del peso.

Adicionalmente, tiene la capacidad para formar un gel en contacto con agua para prolongar la sensación de saciedad y regular el azúcar en sangre. De esta manera, es buena para prevenir enfermedades metabólicas.

Asimismo, destaca por su alta concentración de ácido alfa-linolénico, un tipo de grasa que ayuda al equilibrio inflamatorio del cuerpo. No obstante, aunque se promociona como un alimento funcional, consumirla en exceso puede causar molestias digestivas debido a su alto contenido de fibra.

Debe saber que es importante remojarla adecuadamente para evitar riesgos de asfixia, ya que puede expandirse al contacto con líquidos. Además, su gel es un sustituto del huevo en recetas veganas. Las culturas antiguas la usaban como fuente de energía.

Aspectos positivos y negativos de ingerir chía

En primer lugar, hay que decir que es una fuente rica en omega-3, que favorece la salud cerebral y reduce la inflamación. Su contenido de fibra soluble e insoluble mejora la digestión, promueve la regularidad intestinal y la salud del microbioma.

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También contribuye al control del colesterol al reducir los niveles de ‘colesterol malo’ y aumentar el ‘colesterol bueno’. Esta semilla es alta en antioxidantes, que contribuyen a combatir el estrés oxidativo. Su aporte de calcio fortalece los huesos.

Por otra parte, como aspectos negativos, su alto contenido de fibra puede generar inconvenientes como hinchazón, gases o diarrea si se consume en exceso.

Además, puede interactuar con medicamentos anticoagulantes debido a su capacidad para diluir la sangre. Si no se remoja previamente, la chía puede expandirse en el esófago, causando obstrucciones, especialmente si se come seca o en grandes cantidades.

Frente a su consumo, los expertos aconsejan que se coma entre una  y dos cucharadas diarias, remojándolas previamente en agua o incorporándolas a alimentos húmedos como yogur o batidos para mejorar su digestibilidad.

Es determinante tener una dieta equilibrada y variada, ya que la chía es un complemento nutritivo. En ese orden de ideas, se recomienda incrementar el consumo de agua para evitar molestias digestivas asociadas con su fibra.

¿La chía es mala para los riñones?

Es relevante que considere que esta semilla no es mala para los riñones en personas sanas, pero puede ser problemática para quienes tienen enfermedad renal crónica.

Esto sucede por su alto contenido de fósforo y potasio, minerales que, en exceso, pueden sobrecargar los riñones deteriorados.

En individuos con enfermedad renal crónica, los riñones no filtran eficientemente estos minerales, lo que puede llevar a complicaciones como hiperpotasemia o calcificaciones.

En el caso de que usted tenga antecedentes de cálculos de oxalato, debe asegurarse de consumir algún alimento con alto contenido de calcio al mismo tiempo para disminuir la absorción de los oxalatos.

Finalmente, cabe aclarar que en personas con función renal normal, su consumo moderado no representa un riesgo.