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Familias desplazadas de Anorí retornan a su vereda pese a no tener garantías de seguridad

Las autoridades municipales han atendido a las familias, pero estas retornaron a sus viviendas por la preocupación de haber dejado abandonados sus animales.

Campesinos desplazados del Cañón de Dos Bocas en Anorí vereda Los Trozos

Anorí, Antioquia

Tras dos semanas de haber tenido que salir de sus casas y fincas en la vereda Los Trozos de Anorí, por cuenta de los combates entre el Clan del Golfo y la alianza entre disidencias de las Farc y el ELN, poco a poco han ido retornando a sus territorios las más de 370 personas que habían llegado hasta el casco urbano del municipio, debido a que les preocupa haber dejado abandonadas sus viviendas y sus animales.

En total fueron 190 familias, que habían estado albergadas en las instalaciones de la antigua cárcel, en la casa de víctimas y en casas de algunos de sus familiares, y recibieron atención por parte de la administración municipal, la Gobernación de Antioquia, la Cruz Roja y el Consejo Noruego.

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El alcalde de Anorí, Gustavo Silva, manifestó que el Ejército aún no puede garantizar plena seguridad en el territorio debido a que, aunque han cesado los combates, aún hay fuerte presencia del Clan del Golfo, que estaría llegando con refuerzos por el cañón del río Nechí.

“Pues la mayoría en su caso han regresado por su libre voluntad, con mucho miedo porque los actores armados siguen en el territorio, pero también el desespero los ha llevado a retomar sin condiciones de seguridad. El Ejército no puede garantizar todavía el control de todo el territorio y ellos angustiados por sus animales, por sus tierritas abandonadas, decidieron retornar”, manifestó el alcalde.

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Son pocas las familias que quedan en el casco urbano. Las que retornaron a la zona rural están en sus viviendas con temor a recorrer los caminos y movilizarse libremente, porque temen que haya campos minados o quedar en medio de fuego cruzado por nuevos combates.

En esta zona del nordeste de Antioquia, la comunidad manifiesta que hace cerca de una década que no se registraba una situación similar en la que sintieran tanto temor por los fuertes combates y se generara el desplazamiento de tantas familias.

Organizaciones sociales aseguran que han sido múltiples las denuncias ante las autoridades para prevenir esta situación, pero aún siguen esperando refuerzos del Ejército y mayor presencia de la fuerza pública para poder habitar sus territorios sin temores.