Se revelaron detalles del homicidio del padre Darío Valencia
La Diócesis de Pereira está a la espera de la entrega de los restos óseos para realizar las exequias del sacerdote.
Desde la Diócesis de Pereira, en cabeza de Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, pusieron punto final a la incertidumbre de los feligreses y de la ciudadanía en general, confirmando que los restos óseos humanos hallados el pasado 20 de septiembre en zona rural del municipio de Belalcázar, Caldas, sí corresponden a los del sacerdote Darío Valencia Uribe, desaparecido desde el 25 de abril, y que en efecto el padre sí perdió la vida a manos de Julián Eduardo Cifuentes, quien confesó haber usado un arma de fuego para cegar la existencia del religioso.
Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez
En rueda de prensa convocada por la Iglesia Católica, Monseñor reveló detalles no antes conocidos de manera pública, y que fueron confesados por el mismo Julián Eduardo Cifuentes, hoy recluido en una cárcel a las afueras de París, Francia, en entrevista con el delegado de la Fiscalía colombiana que viajó a su lugar de detención, encuentro que tuvo lugar con la presencia de un juez del país europeo.
Dicha información sobre el crimen, la concedió Cifuentes después de que le entregaran las cartas que su familia le había enviado, ya que en un principio había acudido a su derecho a guardar silencio. Si bien confesó el asesinato, se negó a argumentar las causas que lo llevaron a acabar con la vida del sacerdote.
Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez
Monseñor explicó que fue así como la Fiscalía pudo establecer que el padre Darío Valencia fue asesinado el mismo día de su desaparición, es decir el 25 de abril, cuando conducía su camioneta por el centro de Pereira; Cifuentes habría aprovechado su condición de copiloto para propinarle varios disparos al presbítero, posteriormente condujo el carro con el cadáver del padre hasta la zona donde fueron hallados sus restos óseos, piezas que hoy se encuentran en poder de un laboratorio de Medicina Legal en Cali, siendo analizadas, para su posterior entrega a la familia del sacerdote.
Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez
El líder de la Diócesis de Pereira también confirmó que día del crimen después de haber dejado el cuerpo sin vida del padre abandonado en zona rural, Cifuentes condujo la camioneta hasta un lavadero de carros en Belalcázar, Caldas, donde regaló varios elementos religiosos de propiedad del presbítero, y posteriormente dejó abandonada la camioneta en un parqueadero de dicho municipio, donde fue finalmente fue hallada por las autoridades, con trazos de sangre en su interior, entre otras pistas cruciales.
Monseñor indicó además que tras la desaparición del padre, las autoridades habían alcanzado a entrevistar a Cifuentes en Pereira, indagando sobre el paradero del presbítero; sin embargo, posteriormente cuando quisieron hacer la entrevista formalmente, este ya se encontraba rumbo a Francia, por lo que fue necesaria la expedición de una circular azul de la Interpol, a través de la cual las autoridades pudieron hacer seguimiento a los movimientos de este en el país extranjero.
Posteriormente, desde Colombia se emitió la circular roja que permitió a las autoridades francesas dar captura y trasladar a una cárcel a Cifuentes, donde hoy permanece a la espera de su extradición.
Tras el esclarecimiento de estos hechos, desde la Iglesia Católica han manifestado agradecimiento con las autoridades y han pedido respeto por la familia de Julián Eduardo Cifuentes, toda vez que no tienen que ver con la decisión tomada por el hoy extraditable.
Se espera que con la entrega de los restos, la Diócesis realice las exequias del sacerdote Darío Valencia Uribe, en la Catedral Nuestra Señora de la Pobreza con una eucaristía solemne en cabeza del Obispo Rigoberto Corredor Bermúdez.