Cuando hay altas temperaturas, uno de los electrodomésticos que más sufren afectaciones es la nevera, ya que su misión es evitar que los grados extra se penetren dentro de sus puertas, mientras que mantiene el interior fresco. La eficiencia energética y la sostenibilidad cobran una mayor relevancia en la cotidianidad de las personas, lo que vuelve en una situación relevante el cuidado de los mismos.

Los electrodomésticos de categoría energética A representa lo que es un ahorro a medio y largo plazo; en el caso de las neveras, entre más signos “+” sean añadidos a la clasificación, mayor será el ahorro energético que se puede lograr. Igualmente, usted puede lograr no consumir tanta energía con pequeños cambios.

¿Qué gasta más, una nevera llena o vacía?

Suele creerse que la nevera vacía consume menos energía que una vacía, pero algunos estudios han afirmado que una nevera llena puede llegar a consumir hasta un 15% menos de energía que una sin nada.

La nevera funciona enfriando todos lo que se almacena dentro, que en un principio hará que los aparatos deban trabajar más para poder enfriarlos, pero será un efecto temporal porque se “acostumbrará”. Si no hay nada almacenado será enfriado solo el aire, un elemento que pierde el frío rápidamente y que es susceptible a escaparse al abrir la nevera.

Una nevera vacía puede ser ineficiente para el ahorro de energía, debido a que los alimentos ayudan a mantener la frialdad y estabilizar la temperatura cada vez que se abre la puerta; guardar los alimentos de forma ordenada y no sobrecargar la nevera contribuye a un mejor desempeño y un mayor ahorro de energía.

Se aconseja no dejar la nevera vacía durante mucho tiempo, por ejemplo, si usted saldrá por algunos días, puede dejar agua embotellada dentro de la misma o recipientes con agua para mantenerla fría. Asimismo, es mejor no llenarla demasiado porque esto puede impedir la circulación eficiente del aire.

¿Qué otras cosas evitan el consumo excesivo de energía?

• Cerrar bien la puerta evita la entrada de aire caliente.
• Es mejor no ubicarla en un lugar fresco y seco, como el horno o la estufa.
• Procure ajustar la temperatura según la recomendada por un experto.
• Descongelar el congelador con frecuencia previene que el hielo y la escarcha del congelador afecten el funcionamiento de la nevera.
• No introducir alimentos calientes a la nevera, ya que provocarían un aumento en el consumo.
• Escoger neveras no frost, estas evitan la formación de hielo.
• Entre menos grande sea, menos consumo de energía habrá.
• Limpiar la parte trasera mínimo dos o tres veces al año disminuye el consumo energético.

¿Por qué la nevera consume energía?

A diferencia de otros electrodomésticos, la nevera siempre está conectada y en funcionamiento, algo que la convierte en el consumidor principal de energía en la mayoría de hogares. De hecho, pueden llegar a presentar entre el 15% y 30% del consumo total de electricidad en una vivienda.

Allí también influye la antigüedad del aparato, la clasificación, el tipo de refrigerante y a eficiencia de aislamiento. Las neveras más viejas suelen tener menos eficiencia que las modernas con certificaciones de bajo consumo, lo que significa que pueden consumir más energía.