Atentado en el Oleoducto Caño Limón Coveñas genera crisis ambiental en Boyacá y Arauca
Derrame de hidrocarburos en el Río Arauca provoca graves daños ambientales en los departamentos de Boyacá y Arauca
Boyacá
Entre la 1 y las 2 de la tarde, se presentó un nuevo atentado contra el oleoducto Caño Limón Coveñas se produjo en el sector de Bojaba, zona rural del municipio de Cubará. Este es el segundo ataque en la misma área en los últimos tres días y el 14º en los últimos 16 días. Los responsables del ataque aún no han sido identificados, y las autoridades investigan la posible participación de grupos armados ilegales como el ELN y disidencias de las FARC.
El atentado más reciente causó una avería significativa en el acueducto de Coveñas, resultando en un derrame de hidrocarburos que se ha desplazado hasta el río Arauca. El aumento en el cauce del río, exacerbado por las lluvias recientes, ha amplificado la extensión del daño. Los acueductos de municipios vecinos como Arauquita también se han visto afectados. A pesar de que se ha activado un plan de contingencia, la situación es crítica, y los daños ambientales siguen en aumento.
Ecopetrol también ha informado que los atentados contra los oleoductos Caño Limón Coveñas y Bicentenario, sumados a los bloqueos provocados por el paro de transportadores y la toma de la planta de gas de Gibraltar, están afectando severamente sus operaciones. La empresa enfrenta dificultades para evacuar hidrocarburos y Gas Licuado de Petróleo (GLP), lo que podría impactar en la producción de crudo y gas, el abastecimiento de combustibles y el cumplimiento de las dietas de las refinerías de Barrancabermeja y Cartagena en los próximos días.
El bloqueo de la comunidad Uwa al campo Gibraltar también ha llevado al apagado de la planta de gas, afectando el suministro de una zona del nororiente del país. En respuesta, Ecopetrol ha puesto en marcha un plan especial de trabajo en coordinación con las autoridades para mitigar las restricciones operativas y asegurar el abastecimiento de combustibles.
La crisis se profundiza a medida que la región enfrenta una creciente presión debido a los ataques y las complicaciones operativas. La prioridad es controlar el impacto ambiental y mantener el suministro de recursos esenciales para el país.