Carlos Alcaraz venció a Jannik Sinner y avanzó a la final de Roland Garros: posible rival
El tenista español protagonizó una épica remontada y disputará su primera final del certamen francés.
¡Brillante golpe de autoridad de Carlos Alcaraz! El tenista español accedió este viernes 7 de junio a su primera final de Roland Garros, luego de protagonizar una sensacional remontada sobre el italiano Jannik Sinner. En la llave semifinal, Alcaraz, de 21 años, logró sobreponerse a dos sets en contra y terminó imponiéndose con parciales 2-6, 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3.
Luego de imponerse en 4 horas y 9 minutos, el deportista nacido en El Palmar esperará por el rival que salga de la llave entre el alemán Alexander Zverev el noruego Casper Ruud. Así las cosas, la gran final del certamen francés se llevará a cabo el próximo domingo a las 8 de la mañana (hora colombiana).
En este orden de ideas, ‘Carlitos’, como se lo apoda, buscará ganar el tercer Grand Slam de su carrera deportiva (ya se impuso en US Open y Wimbledon) y de paso se convirtió en el jugador más joven de la historia en alcanzar al menos una final de Grand Slam en todas las superficies (dura, hierba, polvo de ladrillo).
Sufrimiento ante un italiano de gran nivel
Un 4-0 de salida, dos servicios rotos del español, dos juegos en blanco con su saque el italiano y ya el partido hipotecado, cuesta arriba. 20 minutos tardó el español en ganar su primer juego, 26 el romper el primer saque a su rival, pero cuando parecía que se reenganchaba, el martillo del virtual número 1 volvió a golpear para cerrar la manga.
No encontraba la vuelta al duelo el murciano, obligado a arriesgar para contrarrestar la eficacia de Sinner con su servicio, una apisonadora con una eficacia del 85 %, y así tanto se acierta como se falla.
A Sinner, el cándido, se le ponía cara de asesino, apretaba el puño con rabia, cerraba la mandíbula y en sus ojos se dibujaba sangre. No quería dejar escapar la presa. La segunda manga parecía discurrir por el mismo cauce, 2-0 de entrada y un augurio sin apelación: a ese ritmo no se puede ganar al italiano.
Pero el tren de tenis de Sinner fue perdiendo fuerza, su servicio dio algo de oxígeno al español, su derecha empezaba a hacer estragos (14 golpes ganadores) y mandaba bolas más altas, más molestas, a las que el italiano no supo responder (solo dos golpes ganadores). Cinco juegos seguidos se apuntó Alcaraz y la segunda manga de su lado. Otro partido.
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El duelo se fue a la deriva. Nerviosos, tocados físicamente, los dos adversarios multiplicaron los errores, que fueron más que los aciertos desde ambas raquetas, dejaron escapar una y otra vez opciones de cobrar ventaja. El fisio atendió al italiano, de la mano derecha y de las piernas, como si quisiera prevenir posibles calambres. El español tampoco rolaba a pleno rendimiento. Sin calidad, el partido se aferró a la emoción.
Alcaraz golpeó primero, rompiendo el servicio en el tercero, pero enseguida cedió el suyo y ya no lo pudo recuperar, pese a que dispuso de hasta cuatro opciones para conseguirlo. El saque del español entró en una fase dramática, mustio, inofensivo, sin picante, un regalo para Sinner que se lo arrebató en el sexto juego y ya no dejó escapar el margen.
Se aferró al cuarto set Alcaraz, el más impreciso de todos, una hoja caída de un árbol que podía ir a cualquier lado. Atenazados por el miedo, arriesgaban poco y fallaban mucho, pero el español amarró el set en un acelerón final, que no fue más que el preludio de la apoteosis final.
Carlitos había recuperado el colmillo y en el quinto set zarandeó al italiano, colocándose 4-1 y llevando toda la presión al campo rival. Se aferró a su servicio y, con mucha tensión, cerró el duelo.