Malaria o paludismo en Córdoba: casos, síntomas y recomendaciones
Tierralta, Valencia, Puerto Libertador y Montelíbano son los cuatro municipios de Córdoba con mayor incidencia de malaria.
Montería
Con 4.267 casos registrados en el más reciente boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud, Córdoba se mantiene como el tercer departamento con más casos de malaria o paludismo en el país, después de Chocó y Antioquia.
Los municipios donde se han diagnosticado los casos en el departamento son Tierralta, con 2.535; Puerto Libertador, con 1.018; Valencia, con 307, y Montelíbano, con 317, lo que indica que la zona del sur de Córdoba se ubica como la más endémica en la región.
Frente a estas cifras, la Gobernación de Córdoba, a través de la Secretaría de Desarrollo de la Salud, recordó la importancia de la prevención para reducir el riesgo de contraer el virus, dado que el departamento es endémico por su ubicación geográfica y clima.
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La malaria, también conocida como paludismo, es causada por un parásito del género Plasmodium, que se transmite por la picadura del mosquito Anofeles que propaga el parásito.
Los tipos más comunes y que se dan en Córdoba son el Plasmodium Falciparum, que es la forma más grave de malaria y puede ser mortal si no se trata adecuadamente, y el Plasmodium Vivax, el más común en el mundo y puede causar recaídas.
Tierralta, Valencia, Puerto Libertador y Montelíbano, son los cuatro municipios que por su alto número de casos, fueron priorizados para desarrollar un programa piloto a través de la estrategia de Covol (colaboradores voluntarios). Mediante esta estrategia se capacitó a personal de la comunidad para identificar posibles casos y aplicar pruebas y así remitir a los pacientes a centros hospitalarios para que reciban atención.
Síntomas para tener en cuenta
Los síntomas y signos que pueden aparecer entre la primera y segunda semana después de haber sido infectado son: fiebre, escalofríos, malestar general, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, diarrea, dolor abdominal, dolor muscular o articular, fatiga, respiración rápida, frecuencia cardíaca acelerada, tos y palidez en la palma de las manos.
Para prevenir, se recomienda:
-Usar mosquiteros impregnados con insecticida.
-Aplicar repelentes de mosquitos.
-Control de criaderos de mosquitos, dado que este se reproduce donde hay agua y vegetación, como en las orillas de los ríos, caños y canales.
Es importante tener en cuenta que, si una persona presenta fiebre, vive o ha viajado a una región con alto riesgo de malaria, debe buscar atención médica para un diagnóstico y tratamiento adecuado y no acudir a la automedicación.
Punto de vista de la academia
La docente Mayra Raciny Alemán, del programa de Bacteriología de la Universidad de Córdoba, sostiene que la malaria no sólo sigue poniendo en peligro la salud de las personas afectadas, sino que también crea un círculo vicioso de las desigualdades que acompañan a esas poblaciones.
“Es importante decir entonces que, están directamente relacionados con la malaria unos grupos vulnerables sobre los cuales hay que direccionar todas las medidas de prevención, como lo son, por ejemplo: los menores de cinco años, los refugiados, los migrantes, los pueblos indígenas y las mujeres embarazadas”, precisó la doctora en Medicina Tropical.
Desde la academia analizan que la difícil erradicación de la malaria tiene que ver con la poca inversión y la complejidad del parásito que la produce, lo que exige realizar mucha ciencia básica para lograr encontrar vacunas efectivas para las cinco especies de Plasmodium.