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Activistas ocupan edificio de la Universidad de Columbia en protesta por guerra en Gaza

Los manifestantes aseguraron que permanecerán en el edificio hasta que se cumplan sus exigencias de que Columbia se deshaga de toda participación financiera vinculada a Israel.

New York (United States). Students were warned that they would face immediate. (Protestas, Nueva York) EFE/EPA/SARAH YENESEL / SARAH YENESEL

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Los manifestantes de la Universidad de Columbia se atrincheraron dentro de un edificio del campus en la madrugada del martes, intensificando un enfrentamiento con las autoridades del centro mientras prosiguen las protestas propalestinas en muchas otras universidades de Estados Unidos.

La ocupación del Hamilton Hall de la prestigiosa universidad de Nueva York ocurrió horas después de que las autoridades de Columbia dijeran que habían comenzado a suspender a los estudiantes por no cumplir con una orden de desalojo del campamento que habían levantado en los jardines.

“Después de 206 días de genocidio y más de 34.000 mártires palestinos, los miembros de la comunidad de Columbia recuperaron Hamilton Hall poco después de la medianoche”, dijo el grupo en un comunicado, en alusión a la guerra de Israel en Gaza.

El grupo también señaló que había cambiado el nombre del edificio a “Hind’s Hall”, en honor a una niña gazatí de seis años muerta en la ofensiva israelí contra el grupo islamista palestino Hamás.

El martes, mientras una multitud comenzaba a reunirse afuera, una pequeña presencia policial se instaló en el campus de Columbia, según pudo comprobar una periodista de la AFP. La toma del edificio fue reprobada por el presidente Joe Biden, que en días pasados pidió garantizar la libertad de expresión de los estudiantes y a la vez que exigió evitar actos de antisemitismo.

“El presidente cree que tomar por la fuerza un edificio del campus es absolutamente el enfoque equivocado”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. “No es un ejemplo de protesta pacífica”, añadió.

De costa a costa

Las protestas se han extendido por las instituciones de educación superior de costa a costa. En muchas se han levantado campamentos con carpas en los jardines del campus, después de que alrededor de 100 manifestantes fueran arrestados por primera vez en Columbia el 18 de abril.

En la Universidad de Texas, en Austin, la policía se enfrentó a los manifestantes el lunes, incluso usando gas pimienta, y realizó arrestos mientras desmantelaba un campamento, sumándose a las más de 350 personas detenidas en todo el país durante el fin de semana.

Paul Quinzi, del gremio de abogados de Austin que ayuda a los detenidos, dijo que calculan “al menos 80 arrestos”. Manifestaciones similares se han replicado en Francia, en la universidad de la Sorbona y en el instituto Sciences Po.

Las protestas contra la guerra de Gaza, con su elevado número de víctimas civiles palestinas, han planteado un reto a las autoridades universitarias para equilibrar el derecho a libertad de expresión con las quejas de que las concentraciones han derivado en odio y antisemitismo.

Las imágenes de la policía antidisturbios dentro de las universidades para disolver las concentraciones han dado la vuelta al mundo, recordando el movimiento de protesta que estalló en 1970 contra la guerra de Vietnam.

“Derecho de reunión pacífica”

El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, expresó el martes su preocupación por las medidas de mano dura adoptadas para dispersar las protestas y dijo que “la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica son fundamentales para la sociedad”.

Turk añadió que “la incitación a la violencia o al odio por motivos de identidad o puntos de vista, ya sean reales o supuestos, debe ser repudiada enérgicamente”.

Shafik, en su declaración del lunes, dijo: “Muchos de nuestros estudiantes judíos, y también otros estudiantes, han encontrado la atmósfera intolerable en las últimas semanas. Muchos han abandonado el campus y eso es una tragedia”, expresó, añadiendo que “el lenguaje y los actos antisemitas son inaceptables”.

Los organizadores de la protesta niegan las acusaciones de antisemitismo, y defienden, en cambio, que sus acciones están dirigidas al gobierno de Israel y su manejo del conflicto en Gaza.