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¿Hacia qué mundo estamos transitando como sociedad?

Cuatro asistentes al Hay Festival en Cartagena reflexionan sobre temas clave para nuestra sociedad como la verdad, la desinformación, la diversidad de género y el medioambiente

¿Hacia qué mundo estamos transitando como sociedad?

Hora20 arranca una serie de dos programas desde Cartagena de Indias en el marco del Hay Festival que inició este jueves. El primer turno será para las ideas, el pensamiento y el análisis a la sociedad contemporánea, la ruta que se marca a futuro y los temas que son claves para el futuro como civilización: medioambiente, cultura, literatura, desinformación, medios de comunicación, inteligencia artificial y política fueron algunos de los temas que se abordaron durante el debate.

Guerras que dejan centenares de muertos, feminicidios que nos estremecen casi todos los días, estigmatización y odio hacia las minorías, gobiernos que se atornillan en el poder, movimientos sociales, culturales y de reivindicación que buscan hacerse un espacio en medio de las grandes masas, grandes disrupciones tecnológicas y desafíos éticos es un muy pequeño panorama de la sociedad en la que vivimos hoy. El mundo de hoy necesita respuestas, nuevas hipótesis, teorías o formas de pensamiento, en medio de un desierto de noticias y de hechos negativos, es necesario que salga a relucir la luz, el mundo de las ideas y el pensamiento para encontrar soluciones a los problemas que nos aquejan como habitantes de un mundo que está más conectado que nunca grandes a los avances tecnológicos, pero que al tiempo se encumbra en el individualismo, en la poca memoria y en el yo, dejando de lado las múltiples realidades que aquejan a nuestra sociedad.

Lo que dicen los panelistas

Mauricio García Villegas, cofundador de DeJusticia, profesor en la Universidad Nacional, columnista, autor de varios libros como El país de las emociones tristes y El viejo malestar del nuevo mundo, planteó que hay un desbalance entre las emociones y las reglas, “es un problema de la humanidad hace rato porque los individuos y la sociedad necesitamos un equilibrio entre las pasiones y reglas, así como entre las emociones e instituciones”. En ese sentido, resaltó que lo ocurrido en la Alemania nazi fue un desborde de las emociones, de odio racial, un desastre que acaba con instituciones, “mucho de eso lo vivimos hoy con información, la tecnología, hay mucho de pasajero, mucho de inmediatista y de pasional y poco de reflexivo, eso tiene que ver con un problema paralelo, el tiempo se ha colapsado en instantes, el largo plazo que es más racional lo vemos menos que el corto plazo que es más pasional”.

García Villegas también reflexionó sobre la pérdida de sentido de la realidad, “en Estados Unidos no se ponen de acuerdo sobre quién ganó las elecciones pasadas, si no nos ponemos de acuerdo en lo básico, entonces estamos en problemas porque se pierde la capacidad de encontrarnos y tener soluciones”. De otro lado, dijo que también hay una crisis de la verdad y de la ficción, “la crisis de la ficción es que cada vez estamos menos dispuestos a leer novela y leer novela es un ejercicio lento, mesurado, pausado, pero implica ponerse en zapatos del otro, del personaje, del relato, y la gente está menos dispuesta a ponerse en los zapatos del otro”.

Irene Lozano, escritora, periodista, exdiputada del congreso de España, exsecretaria de Estado de la España Global, expresidenta del Consejo Superior de Deportes y directora de Casa Árabe en Madrid, apuntó que la gran crisis es porque no estamos en ningún mundo, “estamos en una transición donde lo viejo no termina de morir y lo nuevo no acaba de nacer, hay incertidumbre, fenómenos como digitalización, cambio climático, fenómenos que parece que nos desbordan desde el ámbito de lo que podemos hacer, desde la cultura, el pensamiento; en esa medida, hay la sensación de impotencia muy grande en el ciudadano común”, una impotencia que cree, aumenta, cuando las élites políticas y económicas entran en un escenario de poca confianza con el ciudadano.

Señaló que estamos rodeados de información en un punto en el que la capacidad cognitiva se desborda para entender el mundo, “se está sustituyendo el proceso de conocer, por el de creer, eso es un retroceso histórico que nos remite a un mundo anterior al de la ilustración porque se adhiere a lo que dice el líder, de sus filtros y ojos y se cree lo que dice ese líder político”. También remarcó que es importante prestar atención a los temas claves para el futuro como la crisis climática, las sexualidades o esos problemas que considera estructurales,

Gabi Martínez, escritor y periodista español, director del Festival Liternatura y autor de Delta, señaló que el ejemplo de la pandemia nos hizo pensar de otra manera la forma como la sociedad cuenta la naturaleza, “hemos tenido una mirada sobre la naturaleza tan productivista que nos hemos olvidado de narrarla, lo vemos desde lo turístico, en Colombia, que tienen la naturaleza tan cerca, aparece constantemente, pero es excepcional en el conjunto de países de la región y al ver que no hay relato de naturaleza construido, algunos trabajan en esa dirección”. Sobre las oportunidades de cambio manifestó que en un momento de colapso como el que se atraviesa, hay personas que reaccionan y piensan que entre más relatos se tienen y se acerca la naturaleza, algo puede empezar a cambiar, “estamos en un relato tecnológico e individualista, si miramos a la naturaleza y lo asociamos como lo hacen los seres vivos empezando por las plantas, podemos pensar que hay cierta oportunidad y soy optimista de eso”.

Para Alana Portero, historiadora, dramaturga, escritora española y autora de La mala costumbre estamos en un contexto en el que el flujo de información es constante y el estímulo que nos rodea nos deja en silencio. “El panorama nos hace complicarnos mucho y dificulta el poder colaborar con los otros, hay un flujo información es constante, la desigualdad crece, pero hay algo en todo este estímulo, en todo esto que nos rodea que nos deja en silencio, que nos deja quietos y que nos complica muchísimo tomar acciones”, en ese sentido, afirma que hay que recuperar cuestiones como la colaboración, el apoyo mutuo y movernos, “la información se interpreta de una manera oscura, vemos el mundo peor de lo que es, pero es mejor de lo que somos; lo que me gustaría con esto, es intentar superar shock, es tener las posibilidades de seguir hacia adelante, sin medioambiente no hay nada, pero sobre todo superar esto, recordar que podemos trabajar, conversar, caminar hacia adelante y superar estar en el modo en el que estamos en un mar de información y de decadencia de ese mundo que no mure y del otro que no nace”.

Sobre las realidades de la comunidad LGBTI y de las mujeres trans, dijo que no queda más remedio que vivir en esta sociedad, “hemos vivido en otros mundos y acá estamos, nuestra presencia es innegociable, pero la pregunta es cómo nos incorporamos al mundo”. También dijo que la cuestión es que se sigue considerando como una otredad y no como un ser humano como tal, “un ser humano por derecho y es ver cómo nuestro relato tiene que salir del cascarón del activismo, exclusivamente propositivo y habitar los espacios a los que tenemos derecho como cualquier ser humano”.