¿Por qué es más difícil para una mujer llegar a las altas cortes?
Expertos hablan sobre este tema, explican de que se trata la “autoexclusión”, las cifras y lo que han hecho para evitar la desigualdad
¿Por qué es más difícil para una mujer llegar a las altas cortes?
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Imagen de referencia de trabajadora. Foto: Getty Images.
Caracol Radio realizó una investigación sobre la igualdad de género en uno de los sectores vitales del Estado colombiano, la rama jurisdiccional, especialmente en sus instancias más altas; la Corte Suprema, la Constitucional, el Consejo de Estado, la Judicatura y la Comisión de Disciplina Judicial.
Antes de entrar al tema, recordamos una frase que hace pocos días dijo la ex primera dama de Estados Unidos, Michel Obama: “La lucha contra la igualdad de género es mucho más grande que el sueldo de un campeón: se trata de cómo se ve y valora a las mujeres en este mundo”. Por eso, en la rama judicial de Colombia las mujeres también quieren que haya paridad de género, que haya un equilibrio, sin embargo eso aún está muy lejos de lograrse.
Según lo dio a conocer la magistrada Diana Alexandra Remolina, del Consejo Superior de la Judicatura, en las Altas Cortes el porcentaje global de participación de las mujeres magistradas es del 31%, es decir que se está cumpliendo con la ley 581 del 2000, la llamada Ley de Cuotas, que pide que el porcentaje de participación de mujeres en las entidades del Estado sea superior al 30%, es decir, se estaría cumpliendo con lo mínimo.
Como se puede evidenciar, las cifras no son nada equilibradas, pues de las 5 altas cortes solo se cumple en dos ese límite mínimo o el estipulado.
Eso si, dieron a conocer que con respecto a la composición completa de las Altas Cortes, dicen que el 54% de todos los servidores judiciales son mujeres; el mayor porcentaje se encuentra en la Comisión Nacional de Disciplina Judicial con un 58% de las mujeres sobre el global.
Pero, más allá de estas cifras, encontramos un factor que muy poco se ha estudiado, y es que serían las mismas mujeres, quienes deciden no inscribirse en las convocatorias a estos cargos. ¿Cuál sería la razón?
Sobre este tema, hablamos con el magistrado de la Corte Constitucional Jorge Enrique Ibáñez quien además es el presidente de la Comisión de género de la rama judicial, quien dio a conocer que:
“Se hace las convocatorias públicas por el Consejo Superior de la Judicatura para integrar las listas de aspirantes a magistrados de la Corte Suprema o del Consejo de Estado, o se hace las convocatorias por el gobierno para integrar estas ternas, sin embargo, las mujeres no se presentan… Puede suceder que existan algunas barreras en el momento de la convocatoria, o en el momento en el que se hacen las entrevistas y por esa razón deciden no volverse a presentar”, aseguró.
Fundamentalmente, hablamos con María Adelaida Ceballos Bedoya coordinadora de la línea de Sistema Judicial del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (Dejusticia), experta en el tema quien señaló que esta problemática, se trataría de la autoexclusión, y así lo explicó.
“Esa autoexclusión, si la podemos llamar así, tiene diversos orígenes que yo he diagnosticado a través de metodologías cualitativas. Una de las cosas que reportan las mujeres es que ellas tienen poca confianza en los sistemas de selección de las altas cortes. Es decir, creen que, si se postulan, esto representará una enorme carga de trabajo, un enorme desgaste político, emocional y social, y a fin de cuentas no resultaron elegidas”, dijo.
Así mismo agregó.
“Hay muchas mujeres que perciben que las cortes mismas son espacios con dinámicas patriarcales y excluyentes, donde su voz no será escuchada, o donde serán tratadas de manera condescendiente, o incluso donde serán objeto de mayor, vigilancia o crítica por parte de la opinión pública, por parte de sus colegas y por parte de otros servidores y funcionarios dentro de la rama. Entonces, optan por cargos de menor jerarquía y de menor visibilidad, donde no están expuestas en la misma medida”.
Otro factor importantísimo, de la cual nos habló Ceballos, es que las mujeres tienen una carga adicional y es la del cuidado por los roles domésticos.
“¿A qué me refiero? Al hecho de que, por ejemplo, si se trata de mujeres juristas que viven por fuera de Bogotá, entonces el hecho de acceder a un cargo en un alta corte implica bien sea moverse a Bogotá sin su familia o moverse a Bogotá junto a su familia y ambas decisiones suelen resultar muy costosas económicamente, pero sobre todo en términos de la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidado para las mujeres o en términos de la conflictividad familiar que esto que esto impone”.
Adicionalmente resaltó “...En mis entrevistas he encontrado que esos costos o estos desgastes son muchísimo menos altos para los hombres que muchas veces tienen mujeres o parejas que bien sea se encargan de las tareas de cuidado o están muy dispuestas a seguirlos como en su trayectoria en su trayectoria profesional, pero entonces, mi gran conclusión es que no se trata de que las mujeres estén menos calificadas que los hombres o que se sientan menos calificadas que los hombres para acceder a las altas cortes, sino que hay un montón de obstáculos institucionales, geográficos y socioculturales que llevan a que las mujeres no se quieran postular”, dijo
Finalmente explicó que aunque las mujeres cumplen con creces los requisitos para ser seleccionadas como magistradas, sus cualidades son evaluadas de manera diferencial a cómo se evalúa a sus colegas hombres, pues señala que “en algunos casos esta evaluación diferenciada responde a sesgos o discriminaciones explícitas por ejemplo que los hombres magistrados cuando ven a una mujer algo joven para el cargo, le empiezan a decir “niña” o que está muy “joven” para esto”.
Pero ¿Se está pensando en alguna manera para cambiar esa realidad?
Desde la corte nos aseguraron que el Consejo Superior de la Judicatura, se ha encargado de promover acciones por el respeto al derecho a la igualdad y a la no discriminación de las mujeres en la Rama Judicial y para eliminar las barreras de acceso de las mujeres a la Administración de Justicia y a los cargos de la judicatura, a través de la Comisión Nacional de Género de la Rama Judicial y la Política de Igualdad y no Discriminación con enfoque de género y diferencial de la Rama Judicial.
Así mismo, podríamos terminar este tema con una invitación que deja el magistrado Ibáñez, por si se llegan a presentar algún inconveniente en los procesos de reclutamiento para ser magistrada.
“Ojalá si hay algún problema en los procesos de reclutamiento no los cuentan para que a partir de ahí se tomen los correctivos que haya lugar... No se trata de elegir mujeres por mujeres, se trata de que a las altas cortes lleguen las mejores mujeres por sus calidades y capital intelectual que hoy en día, en su función de su excelente preparación especialmente en la facultad de derecho que hoy representa más o menos el 66% de participación de estudiantes, ello se vea reflejado en la composición de las altas cortes”, dijo.